21 noviembre 2011

DEBACLE SOCIALISTA EN TODA ESPAÑA



Otras elecciones generales para nuestra mochila democrática. Menos participación y más abstención que en los comicios de 2008, un 28% en toda España que en Baleares se convierte en un 37,8%. Sigue siendo muy preocupante que haya tantos ciudadanos a los que la política les importa un pimiento. El voto en blanco para las elecciones al Congreso se sitúa en el 1,81%, tan solo medio punto superior al 2008. Sin embargo, el voto nulo pasa del 0,64 al 1,29%, y aunque se dobla, continúa siendo residual. Pero ojo al dato: el voto en blanco en las urnas al Senado muestra un incremento sustancial, pues pasa del 2,02 al 5,37%. Este incremento del voto en blanco para elegir senadores entronca con la demanda ciudadana de revisar las funciones de la Cámara alta e incluso de suprimir el Senado y transformar nuestro sistema bicameral en unicameral, un debate que habrá que encarar. En todo caso, la suma de los votos en blanco y los nulos son 650.000 votos en todo el país. Y si les añadimos la abstención, son 10.361.000 votos, casi tantos como los que tiene el PP. ¿No es este dato sintomático de la situación de desafección de los ciudadanos con la política?

Es incontestable la victoria del Partido Popular y merece la pena destacar que esta formación política presidida por Mariano Rajoy aglutina una enorme cantidad de poder estatal y autonómico que debiera gestionar bien. Este potencial que le ha sido otorgado por los ciudadanos es igual de grande como lo será el nivel de exigencias desde el minuto uno. Quizás más, porque el fracaso con esta enorme capacidad política, independiente de ayudas externas de otras formaciones, no tendría excusa. Es cierto que el PP debe buscar el consenso y el diálogo, pues entre todos los votos recibidos hay mucho voto “prestado” con un mensaje muy claro: luchen contra la crisis y contra el paro. Pero haría mal el PP en creer que la mayoría que ostenta le legitima para hacer lo que le venga en gana, gobernar mirando al pasado o aplicando el rodillo de sus 186 escaños. Nada hay más parecido a una dictadura que una mayoría absoluta. Los problemas del país son tantos y de tal magnitud que solo con el esfuerzo de todos pueden ser sorteados exitosamente. Miremos lo que están haciendo en Grecia, Italia, Portugal e Irlanda. En la actual coyuntura, los gobiernos de concentración nacional no son algo descabellado. Rajoy no debe desaprovechar la oportunidad de hacer su mayoría aún más grande a través del diálogo y el pacto con el resto de formaciones políticas. De entrada, CiU, PNV, UPyD y quizás el PSOE cuando consiga reponerse de la paliza, puedan ser proclives al diálogo.

Hablemos del PSOE. Quizás pueda parecer excesivo el castigo sufrido por los socialistas y por su candidato Pérez Rubalcaba. Pero los 5 millones de parados son un argumento suficientemente potente y la demostración inequívoca de su fracaso. Es cierto que en muchas ocasiones se magnifica la capacidad maligna de Zapatero, sobre todo por los medios de la derecha para quienes él encarna el anticristo, porque no es sensato culpar al aún secretario general del PSOE de ser el responsable de que el planeta entero esté al borde de la recesión, como advertía la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en el mes de septiembre (http://www.cnnexpansion.com/economia/2011/09/04/posible-recesion-puede-evitarse-lagarde). Pero eso no puede servir para ocultar el rotundo fracaso de las políticas de ZP en materia económica y de empleo. Ha perdido su oportunidad y le toca intentarlo a la derecha.

Y ahora, ¿qué hará el PSOE? La convocatoria de un Congreso es inminente, porque el batacazo es tan grande con la pérdida de 4.315.455 votos y 59 diputados, que solo a través de un proceso congresual sólido y autocrítico se pueden poner las bases para afrontar la travesía en el desierto que supondrá esta legislatura, con tan solo 110 diputados. Sin embargo, el PSOE necesita un cambio radical de caras y de proyecto, de ambas cosas. No será suficiente una mano de pintura o un maquillaje superficial. El mensaje de los votantes ha sido clarísimo y si el PSOE no toma nota, las consecuencias pueden ser catastróficas para ellos. Confío en que lo harán.

En Baleares la situación no es mejor. Si en las generales de 2008 el PSOE logró ser la fuerza más votada con 1.205 votos por encima del PP, ahora han perdido 83.107 votantes, quienes les han dado la espalda a pesar de los recortes y los ajustes del presidente Bauzá. Ya en las elecciones autonómicas del 22 de mayo perdieron 25.671 votos. Y sin embargo, nada sucedió en el PSIB, más allá del exilio voluntario de Antich en el Senado y de ocupar la portavocía del grupo parlamentario la sectaria, perdón, secretaria general de Mallorca, Francina Armengol. Con ellos no iba la historia, debían pensar, la culpa es de Zapatero. Pero su fracaso es terrible aunque siguen sin darse por aludidos, condenando al partido a ahondar en el descrédito y por tanto, en la irrelevancia política en Baleares. La vacuidad como eje de su política.

Termino comentando los 31.300 votos que ha obtenido la coalición  PSM-Entresa-IV-Equo. El candidato Ensenyat ha logrado mejorar los casi 25.500 votos de las elecciones de 2008, situándose ahora en 31.300, aunque es cierto que se trataba de otra coalición. Sin embargo, no consigue su objetivo de lograr un escaño en el Congreso, lo que sí hubiesen conseguido de ir juntos con Esquerra Republicana y sobre todo con Esquerra Unida. Por tanto, una vez se les pase la inexplicable "euforia" por haberse consolidado como la tercera fuerza de Baleares (de forma totalmente inútil, cabría añadir) debieran meditar sobre a quién están beneficiando con sus peleas y sus divisiones. La disgregación de la izquierda tambien tiene responsables a quienes culpar.

La debacle socialista tiene nombres y apellidos. Quienes han llevado al partido a esta derrota brutal no pueden ser quienes renueven al PSIB. No es creíble y los ciudadanos no tragan con una impostura semejante. Los socialistas tuvieron un mensaje nítido el 22 de marzo y lo han vuelto a tener ahora, más alto si cabe. Y mientras ellas y ellos sigan al frente de un aparato que se deshincha a cada instante, y continúen mirando hacia otro lado sin querer asumir su responsabilidad en los peores resultados electorales jamás cosechados, más lejos estará la recuperación del PSOE. Y más huérfanos los votantes de izquierdas. Y más felices en el PP.

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