08 agosto 2008

Juegos Olímpicos de Pekín


Estoy emocionadísimo. Qué bonita ceremonia de apertura de los XXIX Juegos Olímpicos de Beijing. Ha sido increíblemente fastuosa, colorista y muy vistosa. Lo más de lo más. Hasta los de Cadena Ser retransmitiéndolo en directo durante horas, como si fuera el acontecimiento más importante del mundo o el que más interesa a los españoles. O el que a alguien le interesaría que fuera lo que más interesa a los españoles. Olvidemos de todo lo demás. Como si no hubiera nada más en qué pensar salvo en las medallas que se traerán nuestros compatriotas. "Com si això ens donas de menjar!", que diría mi padre.


¿Quién se acuerda ahora de las violaciones de los Derechos Humanos en China, donde viven 1.300 millones de personas? ¿Quién se acuerda de la pena de muerte por más de una veintena de delitos, algunos no violentos, como el tráfico de drogas, corrupción y otros delitos económicos? ¿Quién se acuerda de la persecución de la libertad religiosa -a los budistas (tibetanos o no), a los cristianos, a los musulmanes, a los miembros de Falun Gong-? ¿Quién se acuerda hoy de los 470 casos documentados de personas ejecutadas durante el año 2007, y de los más de 1.800 condenados a muerte durante este mismo año, aunque la estadística oficial es secreta? ¿Quién se acuerda hoy, después de una ceremonia tan vistosa, de los campos de reeducación, de las 'detenciones administrativas', de la ocupación del Tíbet y la represión de los ciudadanos de aquella región? ¿Quién se acuerda hoy, después de los espléndidos castillos de fuegos artificiales, de las limitaciones a la libertad de expresión, la censura de los medios de comunicación, de Internet? ¿Quién se acuerda hoy en la villa olímpica de los periodistas chinos encarcelados, de los abogados sometidos a arresto domiciliario, de los activistas pro-derechos humanos sometidos a torturas y malos tratos en prisiones chinas? ¿Quién se acuerda hoy de la represión contra personas que se manifestaban pacíficamente en la plaza de Tian'anmen, con centenares de personas muertas a tiros por el Ejército Popular?

Yo quiero acordarme hoy de todo esto, porque por más que la ceremonia ha sido brillante y parecía que todo debía conducirnos a olvidar todos estos abusos e injusticias, lo cierto es que eso está ahí y hoy nadie -incluidos muchos medios de comunicación españoles- quiere que esa realidad empañe un espectáculo del que muchos no podrán disfrutar. Y como yo, por encima de todo, me acuedo de ellos, pues aquí lo escribo para que conste.



1 comentario:

xisco dijo...

ameam... a jo me pareix molt bé que vulguis criticar tot lo que te pasa per davant es nas. però entre poc i massa sa mesura passa!. A la Xina hi haurà mancança en lo referent als drets humans, hi estic totalment d'acord, però això no vol dir que sa cerimònia no fós espectacular. En lo referent a la retransmissió que feien desde diferents cadenes, tindran ells la llibertat per omplir ses hores a sa seva ràdio així com els hi vagi millor? o es que per que a tu no te pareix bé una cosa, els altres no tenen dret a fer-la? vaja un defensor dels drets humans... un beso.