En poco más de 30 días han acaecido en las Islas Pitiusas
dos incidentes lingüísticos –siempre con la lengua catalana, qué curioso– que
han saltado a las páginas de la prensa nacional. El primero de ellos tuvo lugar
el viernes 27 de mayo en una cafetería de la Avenida de España de Vila, y tuvo
como protagonista a Enric Casanova, diputado autonómico del PSIB. Pidió “un te
amb llet” (un té con leche, traduzco porque no quiero problemas con ningún
lector). El segundo de ellos aconteció el domingo 3 de julio a bordo de un
ferri de Baleària que hacía el trayecto entre las dos Pitiusas y el
protagonista fue Quimi Portet, un músico catalán muy renombrado (yo tuve que
buscar en Internet quién era). En el caso del cofundador de El Último de la
Fila (o algo así) pidió un “café amb llet” (un café con leche, para
entendernos).
Ambos casos difieren bastante entre sí, pues en el caso del
célebre guitarrista nadie ha puesto en duda su versión y la compañía naviera rápidamente
le pidió disculpas por lo que pareció un trato incorrecto por parte del
camarero. En el caso del socialista Enric Casanova, la versión de la camarera
no coincide en absoluto con la del diputado, quien sostiene que él fue el
agredido, mientras que la camarera denunció en comisaría que él la había
mandado a su “puto país” si no entendía el catalán. Pero en ambos casos hay un
factor coincidente: ambos pidieron una bebida caliente con leche. Es bastante
triste que en Eivissa solo haya problemas con una lengua concreta. ¡Y mira que es
políglota aquí la gente! Yo por si acaso pediré a partir de ahora bebidas frías
y por supuesto sin leche, que parece ser el elemento distorsionador. Si pides
un Nestea, lo puedes pedir hasta en coreano y no tendrás problemas. Pero como
lo pidas en catalán, te arriesgas a salir en los papeles.
(Publicado en Periódico de Ibiza y Formentera)
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