“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Mateo 26:41). Así conminó Jesús a sus discípulos Pedro, Santiago y Juan en Getsemaní. La candidata de UPyD a la presidencia del Govern, Natalia Prieto, acusó a su antecesor al frente de la formación magenta en Balears, Juan Antonio Horrach, de haberse ido del partido “porque recibió una llamada y como la carne es débil, ocurren estas cosas”. Dado que Horrach ya se había mostrado crítico con Rosa Díez, de las palabras de Prieto cabe deducir que Horrach fue tentado por Ciudadanos para unirse a ellos. Anunció su dimisión y tras recibir críticas y acusaciones de transfuguismo, optó por abortar la maniobra y no incorporarse a la candidatura de Xavier Pericay. Estas declaraciones de Natalia Prieto han sentado muy mal a Horrach, quien negó desde Twitter las acusaciones y calificó a su predecesora de “profesional robótica del partido y más oficialista que la mismísima Rosa Díez”. Añadió con sorna que “con candidatos así, es normal que UPyD desaparezca en 10 días”. Un mes después y aún andan a tortazo limpio.
Cuando sepamos los nombres de los políticos y funcionarios –cosa
que sucederá tarde o temprano, a nadie le quepa duda– que supuestamente
participaban gratis total en las orgías con prostitutas –más bien esclavas
sexuales– de un conocido Table Dance de la Playa de Palma, a cambio de otorgar
trato de favor a los locales y de chivatearles las inspecciones, a parte del inevitable
terremoto político, quizás oiremos de parte de los protagonistas de tan
repugnantes actos la misma disculpa: la carne es débil. A las chicas a las que
se obligaba a pasar por los caprichos sexuales de tan “distinguidos” clientes,
al parecer se les aplica la Ley de protección a testigos y peritos en causas
criminales, lo que indica que la jueza ha apreciado “un peligro grave para la
persona, libertad o bienes” de las testigos. Poca broma. El motín de abogados
defensores no debe hacernos perder de vista la gravedad de los delitos y de
toda la trama criminal, lo que no obsta para que la instrucción sea escrupulosa
con los derechos de los investigados. Esperemos que la jueza Carmen González no
esté mostrándose demasiado ansiosa por terminar algunas diligencias antes de
irse a su nuevo destino en la Audiencia, no sea que se arruine la
investigación. La carne es débil y las prisas malas.
(Publicado en Última Hora)
No hay comentarios:
Publicar un comentario