04 abril 2015

SE CREEN IMPRESCINDIBLES

Fotografía tomada de www.ultimahora.es
El Supremo ha confirmado la decisión del CGPJ de expulsar al juez sustituto Francisco José Pérez. Si raro es que un juez sea sancionado, fíjense lo grave que debe parecerles el comportamiento del susodicho para que decidieran echarle. El díscolo letrado lejos de asumir su responsabilidad ha denunciado a medios de comunicación, periodistas y al parecer, a otros magistrados que declararon en su contra. El presunto trato de favor que otorgaba a su pareja sentimental, periodista de tribunales, también ha sido tenido en cuenta por el Supremo a la hora de prescindir del jurista que se sentía imprescindible, al que le perdían los casos trascendencia mediática y actuaba de forma irreflexiva, apresurada e innecesaria.
 
Tampoco hay que actuar así al interponer una denuncia penal porque no es un acto inocuo y su retirada no conlleva la paralización automática del proceso. El joven que denunció al sacerdote de Sa Pobla por presuntos abusos sexuales ha retirado la denuncia pero la Fiscalía puede continuar las pesquisas y, de apreciar que la denuncia se presentó a sabiendas de su falsedad, puede iniciar un proceso por denuncia falsa. En el caso de la querella por prevaricación que presentó Canal 4 contra IB3 y sus directivos (entre ellos quien fuera director general, José Manuel Ruiz) su retirada tampoco lleva aparejada el archivo y parece que la Fiscalía quiere investigar más. En ambos casos es inevitable sospechar que la retirada de las denuncias pueda obedecer a un acuerdo extrajudicial.
 
Si Ruiz sigue imputado no podrá ser candidato a alcalde de Calvià, como los demás candidatos en esa situación. Se acusa a José Ramón Bauzá de ir contra los intereses del PP al aplicar el código ético, pero debería reconocerse que su aplicación sin excepciones busca  recobrar la confianza en los políticos. Ver cómo el aún alcalde de Pollença, Bartomeu Cifre, se revuelve contra su partido y encabeza gustoso una rebelión, demuestra que mejor es tener a alguien así bien lejos. Nunca antes le oímos criticar ni a Bauzá ni al PP y solo manifiesta disgusto cuando ha de aplicársele un código ético que todos conocen y aceptan libremente. Debieran ser los imputados de motu proprio quienes se echasen a un lado en lugar de esperar a ser conminados a hacerlo. ¿No conocían el código ético de su partido? ¿Se opusieron a él cuando fueron otros los damnificados? Igual es que se creen imprescindibles.

(Publicado en Última Hora: http://t.co/8izAFWN3Ct)
 

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