En Mallorca convocar un concurso público es sospechoso. Sitúa al que lo hace en el punto de mira de todo el mundo. Siempre pende sobre ellos la sombra del amaño, el recelo permanente. Al final resulta que es más sospechoso hacer un concurso que una adjudicación a dedo. Miren Can Domenge, el segundo casino de Palma (cuyos responsables maldicen la hora en que ganaron para perder una millonada) y ahora el Palau de Congressos. No se entiende cómo hay quién los convoca e incluso quién concurre a ellos con la esperanza de ganarlos limpiamente, cosa de la que apenas hay antecedentes en nuestra isla.
Con semejante historial no es raro que el alcalde Mateo Isern y la gran mayoría de sus ediles que no repiten en la lista que encabeza Marga Durán, haya preferido desentenderse de la "ballena varada en la arena" de Patxi Mangado. Cualquiera se arriesga a poner su firma después de la denuncia pública de Antoni Verger, portavoz de MÉS, respecto a la presunta caducidad de la valoración del codiciado hotel anexo, con la consecuente amenaza de ir a la Fiscalía Anticorrupción. ¡A la Fiscalía vas!, frase mágica que paraliza cuerpo y mente, sobre todo si ya no cuentas para el partido y nadie quiere saber de ti excepto para firmar la adjudicación. ¡Que la firme José María Rodríguez!
Mientras tanto, la ballena varada seguirá su proceso de putrefacción pese a los ímprobos esfuerzos de los obreros que pugnan por culminar la magna obra en tiempo y forma, a la vez que los servicios jurídicos de Cort y el Consell Consultiu elaboran nuevos informes que permitan despejar unas dudas que jamás serán del todo despejadas. Simultáneamente nos desayunaremos con editoriales conspiranoicos por parte de gente que ante irregularidades mucho menores exigían detenciones y registros, pero ahora critican al alcalde Isern solo porque la "ganadora" del concurso y previsible adjudicataria del dichoso Palau de Congressos es accionista de su periódico.
Quién sabe si estemos ante un nuevo caso para los sabuesos del grupo de Delincuencia Económica del Cuerpo Nacional de Policía, justamente homenajeados en un acto en la sede de la Fiscalía de Baleares, donde se echó de menos que se reconociese el trabajo de sus homólogos de la Guardia Civil, quienes también han protagonizado relevantes investigaciones, no menores, y no merecen en ningún caso el ostracismo al que el jueves fueron sometidos. O todos o ninguno.
(Publicado en Última Hora)
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