18 abril 2015

LA SAUNA DE MONAGO


José Ramón Bauzá compareció en el Parlament el jueves para explicar los motivos por los que Balears superó en 2014 el objetivo de déficit fijado por el Gobierno en el 1% del PIB, hasta situarlo en el 1,71%. Según el president el motivo estriba en la bajada de ingresos por el pésimo sistema de financiación autonómica que padecemos, algo que reconoce todo el mundo aunque la oposición reprocha al president del Govern que no sea más beligerante con el Ejecutivo de Rajoy.

Unos días antes la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, estuvo de visita en Palma. Un paseo por Dalt Murada, un café en el Bosch, 4 piropos a los gobernantes del PP de Mallorca y carretera y manta. Junto a ella su homólogo en el Govern autonómico, Antonio Gómez, parecía altísimo (perdonen la frivolidad). Nada dijo de la injusta financiación que asfixia nuestra economía y nos coloca como incumplidores a pesar de los ajustes y la contención del gasto que tanto sacrificio han costado.

Es sarcástico que mientras Balears –una comunidad contribuyente neta por la vía de la solidaridad– incumple el objetivo de déficit, otra comunidad como la de Extremadura baja impuestos, reparte en vísperas de las elecciones pagas vitalicias de 300 euros al año solo a las mujeres de más 75 años (¿nadie ve en esto una flagrante discriminación por razón de sexo y edad que la Constitución proscribe?) y anuncia la construcción de guarderías gratis para los funcionarios públicos de la Junta de Extremadura. Si José Antonio Monago no demuestra ser un populista de los peores, que venga Maria Dolores de Cospedal y lo vea. Me río yo del cheque bebé de José Luis Rodríguez Zapatero o de la Renta Básica de Emancipación. Alguien en el PP debiera llamar al orden al presidente extremeño.

Durante unos desayunos informativos en Madrid hace un año, Bauzá utilizó para referirse al sistema de financiación aquella metáfora de los socios de un club con acceso limitado a unos servicios, donde unos socios pagan menos y sin embargo  reciben más, incluso taquilla y toalla. “Quien quiera sauna, que se la pague”, dijo Bauzá. Vemos que al presidente Monago le pagamos la sauna, los masajes, el spa y hasta la pedicura. Unas comunidades subsidiadas repartiendo indecentemente prebendas y caprichos que otros,  desde otras comunidades más productivas y competitivas, pagan con sus impuestos. Y encima nos tachan de incumplidores. Un oprobio.

(Publicado en Última Hora)

 

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