Del malestar y la indignación por la forma de hacer política
de PP y PSOE surgieron otras fuerzas
políticas que planteaban cambiar decididamente las cosas para mejorar el
sistema democrático del país. Ahora bien, al margen de los previsibles daños
que puedan sufrir PP y PSOE (más el PP porque el PSOE parece haber tocado
fondo, aunque es pronto para asegurarlo y los resultados de Andalucía han
supuesto un bálsamo reparador, aunque pronto vienen las primarias para elegir
candidato a presidente del Gobierno), hay otras formaciones que ya antes de los
comicios generales se están viendo devoradas por la situación y andan a tortazo
limpio. UPyD es una de ellas (quizás la que atraviesa la peor crisis interna, ya
que va acompañada de una pérdida de apoyo electoral que va a parar a Ciudadanos
de Albert Rivera, un partido que les ofreció coaligarse y ellos no quisieron) y
otra es Izquierda Unida, devorada por la ultraizquierda de Podemos y por sus
enfrentamientos internos entre los partidarios de la confluencia con Podemos y
los partidarios de mantener su identidad política.
Tras la derrota electoral sufrida en Andalucía (no hay que
olvidar que en las elecciones andaluzas de 2011 fueron la fuerza más votada y
ahora han perdido medio millón de votos y 17 escaños), el PP nacional atraviesa
una importante crisis y Mariano Rajoy se ha visto obligado a convocar una
reunión de la Junta Directiva que se celebra hoy mismo, con graves
enfrentamientos públicos entre partidarios de la secretaria general, Maria
Dolores de Cospedal y los afines a Javier Arenas, el vicesecretario general al
que algunos responsabilizan del descalabro en Andalucía. Parece que el pánico
cunde entre las filas populares.
Mariano Rajoy no puede permitirse perder más votos porque
las encuestas los sitúan en caída libre y peligran numerosas comunidades autónomas
donde ahora el PP gobierna por mayoría absoluta. Hay que frenar la sangría de
votos y las buenas cifras del paro registrado no parece que sean suficientes.
En este contexto, revisar las tasas judiciales, volver a garantizar la
asistencia sanitaria en atención primaria a los inmigrantes irregulares y bajar
el IVA cultural son medidas que se antojan imprescindibles y puede que sea insuficiente
y demasiado tarde. Más le vale al PP ponerse
las pilas y no creo que la llamada a la tranquilidad, al orden y el “¡prietas
las filas!” que hoy pueda ordenar Rajoy pueda aliviar la situación. Hace falta
más y rápido. Y rectificar si hace falta. No será consuelo para los populares
ver cómo las dificultades y la crisis interna también alcanzan a PSOE, UPyD e
Izquierda Unida. Ya se sabe aquello de “mal de muchos, consuelo de tontos”.
(Publicado en www.mallorcadiario.com)
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