20 diciembre 2015

INDEPENDENCIA


Tras la declaración aprobada el 9 de noviembre por el Parlament de Catalunya que acordó el inicio del proceso de “desconexión” con España, lo que uno esperaba es que los impulsores del proceso secesionista fueran coherentes y desconectaran de la política española como lo vienen anunciando de la legalidad española. Pero no. Ahí tienen a los partidos de Junts pel SíConvergència Democrática (refundada en Democràcia i Llibertat) y Esquerra Republicana–,  ahora por separado (cosa inexplicable), presentándose a las elecciones al Parlamento del Estado opresor que les priva de libertad y les subyuga en sus derechos más esenciales. Al menos en la CUP son coherentes y no se han presentado a unos comicios que consideran ajenos, no en vano se quieren desconectar de España. ¿A santo de qué estar en el Parlamento del país del que te has declarado insumiso y te quieres desconectar? Este asunto será uno de los primeros que deberá abordar el nuevo Gobierno que surja de las elecciones generales de hoy.


Hablando de independencia, que Antoni Diéguez haya sido nombrado presidente del Consell Consultiu de les Illes Balears es exactamente tan aberrante como que el PSOE designara a Álvaro Cuesta, el veteranísimo diputado socialista, para ocupar una plaza en la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial. Los socialistas elevan a cualquier licenciado en derecho a “jurista de reconocido prestigio”, siempre que tenga el carné del partido. En el colmo del cinismo la presidenta del Govern, Francina Armengol, manifiesta su confianza en que Diéguez sea garantía de objetividad e independencia. Pretender tal cosa es como nombrar presidente del comité de árbitros al líder de los “ultrasur”. El único mérito que adorna a Diéguez es ser un destacadísimo militante socialista, del ala más radical del partido. Este nombramiento tan poco idóneo es un premio por los servicios prestados. Justo cuando el juez Castro anda escarbando en el papel jugado por este órgano superior de consulta de la comunidad autónoma en el caso “Son Espases”, el PSOE ataca brutalmente al Consultiu con el silencio cómplice de Podem. Con la que liaron con el pobre Fernández Terrés, gerente del Sitibsa, y ahora callan ante un ataque al Consultiu solo comparable al perpetrado por el PP cuando propuso su supresión en la legislatura pasada, barbaridad que solo detuvo el buen hacer del expresidente Rafael Perera.

(Publicado en Última Hora)

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