VIDAL EMULA A COSPEDAL

 Uno no puede evitar abochornarse al oír a Miquel Vidal, presidente del Partido Popular de Balears,   reivindicar al suyo como un partido ajeno a la corrupción ya que esta afecta a las personas, no a los partidos, y que los corruptos no tienen cabida en el PP. No tendrán cabida, pero han dirigido a esta formación durante muchos años. Por más que lo diga cariacontecido, con la voz engolada y  rodeado de los portavoces de su formación, para aumentar innecesariamente el escarnio a Aina Castillo al suspenderla de militancia, suena a broma de mal gusto. Con lo que se va sabiendo de la adjudicación de Son Espases de la boca de los actores principales de aquel fraude con apariencia de concurso legal, que apuntan al entonces presidente del PP autonómico, Jaume Matas, pretender que aquello fue cosa de algunos desaprensivos recuerda a María Dolores de Cospedal  cuando trata de desvincular las fechorías de Bárcenas del PP. ¡Pero si todo lo que hizo fue desde un despacho de la calle Génova 13¡ No sé si la Justicia logrará esclarecerlo, pero los ciudadanos hace tiempo que lo tienen clarísimo, lo que explica la sangría de votos que los conservadores experimentan elecciones tras elecciones. Hasta que no cojan el toro por los cuernos y sean capaces de regenerarse por completo, asumiendo su responsabilidad, no habrá forma de aparcar los escándalos.

Es el propio partido y su financiación lo que está bajo la lupa de la Justicia y de la opinión pública. Tienen detrás al juez Castro, a la Fiscalía Anticorrupción, a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. El extesorero del partido y cuñado de Jaume Matas, Fernando Areal, irá a juicio. Les acusa Miguel Romero (de Nimbus), Daniel Mercado (de Over Marketing), el constructor Gabriel Sampol y también Javier Rodrigo de Santos. Y ahora también Aina Castillo, que públicamente pide una investigación interna sobre la financiación del PP balear que no quiso hacer José Ramón Bauzá (siendo Miquel Vidal el secretario general) ni tampoco cabe esperar del actual presidente con contrato temporal, que al igual que su antecesor espera que sea la Justicia quien esclarezca los hechos, como si con ellos no fuera.

Esta semana Ricardo Urgell, dueño del imperio Pachá, ha manifestado que cuando presentó el proyecto de ampliación de su discoteca en Ibiza, le enviaron a dos señores que le pidieron 2 millones. No nos escandaliza porque estamos curados de espanto.

(Publicado en Última Hora)