19 septiembre 2015

MUCHOS NERVIOS

Jaume Matas parece haber cambiado de estrategia y confía en el abogado y exfiscal José Zaforteza, para intentar alcanzar un pacto con la Fiscalía en el asunto del hospital de Son Espases. Este movimiento del expresident ha hecho que cunda el pánico entre el resto de sospechosos, quienes habrán de barajar seriamente ser ellos quienes den el paso antes de que lo haga Matas. A partir de ahora ya no se tratará de esclarecer lo sucedido, sino de que cada cual diga lo que más le convenga para salir lo mejor parado posible del trance. El mal menor. Así lo han entendido Aina Castillo, exconsellera de Salud y Sergio Beltrán, exdirector general del IB-Salut. También Jesús Peinado, dueño de Global PM, la consultora que realizó los informes para valorar las distintas ofertas que se presentaban al concurso, que ha cambiado sustancialmente la versión que venía sosteniendo hasta ahora ante la Justicia y también en la comisión de investigación del Parlament, donde a la vista de sus recientes revelaciones admitiendo que su la contratación de su consultora estuvo amañada, mintió como un bellaco. Aquí, como en otros casos, se puede cambiar de versión de la noche a la mañana y todo se da por bueno.

Otro que se puso nervioso debió ser el patrón del velero de 12 metros que resultó detenido por intentar atracar en lugares prohibidos del puerto de Palma. El hombre, de nacionalidad francesa, se enfadó sobremanera ante los impedimentos de la policía portuaria y dejó la embarcación sin luces y a la deriva dentro del puerto. Si hubiese sido un príncipe saudí, su barco hubiese tenido 148 metros de eslora (el sexto más grande del planeta) y en lugar del puerto de Palma estuviésemos hablando del de Ibiza, no hubiese pasado absolutamente nada. Pese a que obligó a cambiar el lugar de atraque de un crucero, con las molestias consiguientes en el desembarco de varios centenares de pasajeros y de los autocares que habían de recogerlos, la policía del puerto no acudió a arrestar al patrón de la embarcación. Es de suponer que los 20.000 euros diarios que se comenta cobra la Autoridad Portuaria por el atraque de tan lujoso súper yate, tuvo bastante que ver en la inacción de la policía del puerto. Este sí que fue un "surrealista incidente marítimo", como lo calificó Javier Jiménez y no el del pobre patrón francés del velero, que acabó en el calabozo. Al fin y al cabo "qui te duros, fuma puros".

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