28 marzo 2015

IMPUTAR A BAUZÁ


Las declaraciones a los periodistas del farmacéutico Cristóbal Pons (que acusa al presidente José Ramón Bauzá de prevaricar al no convocar el concurso para adjudicar 11 nuevas  oficinas de farmacia) tras declarar ante el juez para ratificar la querella contra el Govern, retratan a la perfección al personaje y dejan muy claro cual es su objetivo: que Bauzá sea citado en calidad de imputado y tenga que declarar ante el juez. Bauzá se puso a tiro y hay demasiados escopeteros de gatillo fácil sueltos por ahí, como se ha visto durante toda la legislatura, caracterizada por un acoso judicial al presidente del Ejecutivo sin precedentes en nuestra autonomía.

En el asunto que nos ocupa no se busca una reparación ante un hipotético perjuicio no cuantificable ni denunciado por nadie más que Pons. Ni siquiera una condena en el ámbito penal, cosa harto dudosa ya que la Fiscalía no aprecia indicios de delito alguno y en primera instancia el juez inadmitió la querella. Se persigue que Bauzá sea imputado y lograr abatir así al presidente del PP con los mismos criterios que él ha utilizado con otros cargos populares al impedir que ningún imputado vaya en las listas electorales como medida drástica para atajar toda sospecha de corrupción. A grandes males, grandes remedios. ¿Qué otra cosa podía hacer Bauzá? ¿Alguien puede imaginar lo que hubiese ocurrido si al de Marratxí se le ocurre amparar a algún imputado y permitir que concurra a las elecciones en las listas del PP? Bauzá hizo lo que creyó mejor para el partido, aún a costa de que la tabla rasa supusiera laminar la carrera política de algunos posibles candidatos cuando aún eran inocentes, porque no han sido condenados por ningún tribunal. Un mal menor para regenerar la vida política y al PP. Ahora algunos ansían poder decir al president aquello de "quien a hierro mata, a hierro muere". La cena de anoche en Algaida con un buen número de militantes y ex dirigentes populares es una forma de calmar a los descontentos que siempre hay en toda organización.

Cristóbal Pons arremete contra Bauzá y con sus declaraciones desvela su auténtica motivación. Ya se puede calificar la suya de querella política, que pretende lograr en los tribunales lo que no se consigue de modo democrático. Como ha sucedido en Vilafranca y en Pollença. La detestable judicialización de la política ha convertido a los jueces en diseñadores de listas electorales.

(Publicado en Última Hora 28.3.2015)

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