16 julio 2013

RAJOY LEVITA


Bárcenas no chantajea. Ya sólo clama venganza y está dispuesto a morir matando. Los suyos, los jerifaltes del PP, los miembros del distinguido sanedrín del que él formó parte durante más de 20 años, le han dejado solo y pretenden que sea él el único que cargue con el muerto. Pero están muy equivocados. Aquí todos, la vieja guardia, mangonearon a espuertas y esta purga que algunos pretenden que tome sólo el ex tesorero, hay que repartirla.

Las sospechas de financiación ilegal del PP son sólidas. Con el testimonio y los documentos que Bárcenas ha aportado al juez Ruz, aún más. Suponen un problema político y de credibilidad enorme para el Partido Popular y para el Gobierno que preside Mariano Rajoy, acusado de cobrar él mismo sobresueldos ilegales, al igual que su secretaria general, María Dolores de Cospedal.

Ahora califican a Bárcenas de “presunto delincuente”, olvidando que hasta hace pocos días lo protegían numantinamente, como han protegido a Ana Mato, diciendo que ella no sabía nada de lo que hacía su marido Jesús Sepúlveda, acusado de recibir hasta 500.000 euros de la trama Gürtel, incluyendo un Jaguar, viajes a Disneylandia y las fiestas de cumpleaños de sus hijos. Y sin embargo, estuvo a sueldo del PP, pese a estar imputado, hasta febrero de este año, recibiendo una suculenta indemnización por despido improcedente de 229.000 euros que él reclama vía judicial que se aumente hasta los 900.000 euros.

Con Bárcenas ha sucedido lo mismo. Cuando fue imputado en la trama Gürtel le protegieron a toda costa, hasta que la situación fue insostenible y tuvo que dimitir de su cargo de senador. Se afirmó que dejaba de ser el tesorero del partido pero mantuvo despacho en la sede nacional del PP, secretaria, coche con chofer del partido y 21.300 euros de sueldo mensual. La famosa “indemnización en diferido” que tan ridículamente explicó Cospedal. Ahora también sabemos que pagaban la minuta de sus abogados, que se cruzaba SMS con el mismísimo presidente del Gobierno, quien le pedía fortaleza y le infundía ánimos. Esa era la forma de comprar su silencio. Tan es así que cuando se descubrieron sus cuentas multimillonarias en Suiza y lo despidieron, demandó al PP por despido improcedente. Y ahí empezó realmente el divorcio de Bárcenas con el Partido Popular. Se nos había dicho que desde marzo de 2010 Bárcenas ya no tenía ninguna responsabilidad en el partido, pero continuó en nómina hasta el 31 de enero de 2013, el mismo día que El País publicó los conocidos como “Papeles de Bárcenas” y cuya autenticidad negaron rotundamente.

Dice ahora el PP que Bárcenas pretendía que le aseguraran inmunidad judicial, un cambio de fiscales, la cabeza de Gallardón por no haber puesto freno a la cacería contra el PP. Y quizás sea verdad. Pero a cuenta de lo que no le han dado a Bárcenas, no podemos olvidar lo que sí le han estado dando durante años, con lo que compraban su silencio.

Todo en su conjunto apesta y es de una gravedad extrema porque más allá de que existe un proceso penal instruyéndose en la Audiencia Nacional, al que continuamente se apela desde el PP, lo cierto es que si el juez Ruz considera verosímiles las acusaciones de Bárcenas, asistiremos en pocos días a una procesión de cargos públicos del PP imputados, empezando por María Dolores de Cospedal quien, además de secretaria general del PP es la presidenta de Castilla-La Mancha.

Y ante todo esto, Rajoy levita, se erige en estandarte de la estabilidad política, se niega a comparecer en el Parlamento, a dar explicaciones en una rueda de prensa que merezca tal nombre, dice que “un presidente del Gobierno no puede estar saliendo cada día al paso de todas las insinuaciones o rumores que se vayan produciendo”. Fuera de toda realidad, sin una estrategia definida para hacer frente a la situación más allá de ganar tiempo a toda costa, ajeno al entorno, como si no fuera con él la cosa, pretende seguir al frente del Gobierno sin comprender la gravedad de la situación. El escándalo ya es demasiado grande y sólo puede aumentar. Su salida es la dimisión y que alguien del PP fuera de toda sospecha, continúe con el programa de Gobierno que no puede ser otro que el programa electoral de 2011.

(Publicado en Ciutat.es: http://www.ciutat.es/opinion/columnistas/item/8347-rajoy-levita)

No hay comentarios: