13 julio 2013

CAUSA GENERAL


Se lamentaba Carlos Floriano, vicesecretario general del PP, de la “causa general contra el Partido Popular y sus dirigentes”. El número 3 del partido que gobierna con mayoría absoluta se queja de vicio. Todavía no ha habido ningún fiscal que les haya comparado con la mafia siciliana, como a Unió Mallorquina. Ni un juez que se atreva a registrar su sede de la calle Génova de Madrid para investigar la contabilidad B y los sobresueldos.
 
El excontable de UM, Álvaro Llompart, tras ser detenido por el caso Voltor y pasar por el calabozo, se puso a disposición de la Fiscalía. Sus revelaciones, algunas de asuntos muy anteriores a su llegada que no podía conocer, acompañadas de documentación del partido (Miquel Àngel Flaquer sostiene que fue robada y por tanto obtenida ilícitamente), llevaron a Anticorrupción y al grupo de delincuencia económica de la Policía Nacional hasta la sede de Unió Mallorquina. Tras el registro del 26 de febrero de 2011 ordenado por el juez Antoni Rotger (quien sospechosamente se inhibió del caso meses más tarde), se impuso en marzo de 2011 una fianza civil de 1,6 millones €, cantidad que obviamente no tenían. Ello supuso la desaparición de la formación nacionalista, descabezada, incapaz de hacer frente al varapalo económico, al escándalo político y a la desbandada general entre sus filas.
 
Ahora tenemos a Luis Bárcenas, gerente del PP desde 1983 y tesorero nacional desde junio de 2008 hasta abril de 2010, en prisión preventiva sin fianza desde hace 17 días. Ha confesado a un periodista que el PP se ha financiado ilegalmente los últimos 20 años y ha explicado el modus operandi, además de facilitar documentación original que podría probar sus afirmaciones. Llegó a tener 47 millones € ocultos en Suiza, no sabemos si suyos o del PP. Y reconoce haber repartido sobresueldos entre altos cargos, incluido el actual presidente Rajoy. El juez Ruz le impuso una fianza civil de 43,2 millones €. Si esa fianza en lugar de a Bárcenas le fuera impuesta al PP, ¿qué ocurriría? Que irremediablemente el PP desaparecería como desapareció UM. Ahora no vemos a nadie registrar la sede nacional del PP, ni siquiera el domicilio de Bárcenas, ni siquiera la citación del presidente del partido. Está claro que UM no es el PP. Ahora el escándalo es infinitamente mayor y ahí está Rajoy, reprendiendo a la prensa por hablar “de las cosas que no son las mejores”.
 
(Publicado en Última Hora)

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