Se lamentaba Carlos Floriano, vicesecretario general del PP,
de la “causa general contra el Partido Popular y sus dirigentes”. El número 3
del partido que gobierna con mayoría absoluta se queja de vicio. Todavía no ha
habido ningún fiscal que les haya comparado con la mafia siciliana, como a Unió
Mallorquina. Ni un juez que se atreva a registrar su sede de la calle Génova de
Madrid para investigar la contabilidad B y los sobresueldos.
El excontable de UM, Álvaro Llompart, tras ser detenido por
el caso Voltor y pasar por el calabozo, se puso a disposición de la Fiscalía. Sus
revelaciones, algunas de asuntos muy anteriores a su llegada que no podía
conocer, acompañadas de documentación del partido (Miquel Àngel Flaquer
sostiene que fue robada y por tanto obtenida ilícitamente), llevaron a Anticorrupción
y al grupo de delincuencia económica de la Policía Nacional hasta la sede de
Unió Mallorquina. Tras el registro del 26 de febrero de 2011 ordenado por el
juez Antoni Rotger (quien sospechosamente se inhibió del caso meses más tarde),
se impuso en marzo de 2011 una fianza civil de 1,6 millones €, cantidad que obviamente
no tenían. Ello supuso la desaparición de la formación nacionalista,
descabezada, incapaz de hacer frente al varapalo económico, al escándalo
político y a la desbandada general entre sus filas.
Ahora tenemos a Luis Bárcenas, gerente del PP desde 1983 y
tesorero nacional desde junio de 2008 hasta abril de 2010, en prisión
preventiva sin fianza desde hace 17 días. Ha confesado a un periodista que el
PP se ha financiado ilegalmente los últimos 20 años y ha explicado el modus operandi, además de facilitar
documentación original que podría probar sus afirmaciones. Llegó a tener 47
millones € ocultos en Suiza, no sabemos si suyos o del PP. Y reconoce haber
repartido sobresueldos entre altos cargos, incluido el actual presidente Rajoy.
El juez Ruz le impuso una fianza civil de 43,2 millones €. Si esa fianza en
lugar de a Bárcenas le fuera impuesta al PP, ¿qué ocurriría? Que irremediablemente
el PP desaparecería como desapareció UM. Ahora no vemos a nadie registrar la
sede nacional del PP, ni siquiera el domicilio de Bárcenas, ni siquiera la
citación del presidente del partido. Está claro que UM no es el PP. Ahora el
escándalo es infinitamente mayor y ahí está Rajoy, reprendiendo a la prensa por
hablar “de las cosas que no son las mejores”.
(Publicado en Última Hora)
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