28 junio 2013

UNA ÓPERA SIN ORQUESTA

El Consell de Mallorca decidió no suspender las dos últimas funciones de la ópera ‘Aída’, a pesar de tener sobre la mesa la convocatoria de huelga desde hace días. Un día antes de la representación, el Govern hizo “un gran esfuerzo” en palabras de la portavoz del Ejecutivo autonómico, Núria Riera, para pagar las nóminas de los músicos correspondientes al mes de mayo. Quedan aún pendientes las de junio y la paga extra. Riera ha calificado como “triste” que la Orquestra Simfònica no haya desconvocado la huelga y ha pedido sentido común. A mí me parece mucho más triste que unos trabajadores cualificadísimos como los miembros de la Simfònica de les Illes Balears tengan que ponerse en huelga para cobrar sus salarios. ¿Al president José Ramón Bauzá, a la consellera Riera o algún otro miembro del Govern se le adeuda alguna paga? ¿Tiene Maria Salom o Joan Rotger, o sus compañeros del Consell Executiu del Consell de Mallorca alguna nómina pendiente o han cobrado sus nóminas como corresponde? Apostaría que todos ellos cobran puntualmente. Para pedir sentido común a trabajadores que no cobran, cuando ellos sí que cobran, hace falta un punto de caradura que raya la crueldad.
El viernes y el domingo la òpera ‘Aída’ será representada con acompañamiento musical de piano a cargo de Alfredo Abbati y sólo en la segunda escena del segundo acto, por la Banda de Música de Son Rapinya. Este detalle ha sido deliberadamente ocultado por el Consell en su comunicado del día 27, de modo que se pudiera pensar que la Banda de Son Rapinya actuaban de esquiroles al sustituir a trabajadores declarados en huelga. Obviamente, el presidente de la citada Banda de Música, Jaume Cerdà, ha tenido que aclarar públicamente que “es imposible suplir a la Orquestra con la banda ni tampoco tenía la más mínima intención, ya que la calidad musical que desprende nuestra Simfònica es inigualable para una agrupación como la nuestra y posiblemente por ninguna otra de las Baleares”. Así las cosas, ¿puede calificarse de ópera una representación sólo con piano?
El sentido común que pide Riera hubiese sido suspender las representaciones y no engañar al público, por más que se ofrezca la posibilidad de devolver el dinero de las entradas a aquellos que quieran. ¡Nada más faltaría! Sentido común es pagar a los trabajadores de forma puntual y no deberles nada. Y dejar de poner excusas de mal pagador, nunca mejor dicho, para despreciar de modo tan notorio al buque insignia de la música de Baleares, la Orquestra Simfònica de les Illes Balears, cuyos componentes no merecen unos gobernantes tan nefastos y unos gestores culturales que no gestionan nada, ni respetan la cultura porque una ópera sin orquesta ni es ópera ni es nada. Y encima, no pagan.
 

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