El Consell de Mallorca decidió no suspender las dos últimas
funciones de la ópera ‘Aída’, a pesar de tener sobre la mesa la convocatoria de
huelga desde hace días. Un día antes de la representación, el Govern hizo “un
gran esfuerzo” en palabras de la portavoz del Ejecutivo autonómico, Núria
Riera, para pagar las nóminas de los músicos correspondientes al mes de mayo.
Quedan aún pendientes las de junio y la paga extra. Riera ha calificado como
“triste” que la Orquestra Simfònica no haya desconvocado la huelga y ha pedido
sentido común. A mí me parece mucho más triste que unos trabajadores
cualificadísimos como los miembros de la Simfònica de les Illes Balears tengan
que ponerse en huelga para cobrar sus salarios. ¿Al president José Ramón Bauzá,
a la consellera Riera o algún otro miembro del Govern se le adeuda alguna paga?
¿Tiene Maria Salom o Joan Rotger, o sus compañeros del Consell Executiu del
Consell de Mallorca alguna nómina pendiente o han cobrado sus nóminas como
corresponde? Apostaría que todos ellos cobran puntualmente. Para pedir sentido
común a trabajadores que no cobran, cuando ellos sí que cobran, hace falta un
punto de caradura que raya la crueldad.
El viernes y el domingo la òpera ‘Aída’ será representada
con acompañamiento musical de piano a cargo de Alfredo Abbati y sólo en la
segunda escena del segundo acto, por la Banda de Música de Son Rapinya. Este
detalle ha sido deliberadamente ocultado por el Consell en su comunicado del
día 27, de modo que se pudiera pensar que la Banda de Son Rapinya actuaban de
esquiroles al sustituir a trabajadores declarados en huelga. Obviamente, el
presidente de la citada Banda de Música, Jaume Cerdà, ha tenido que aclarar
públicamente que “es imposible suplir a la Orquestra con la banda ni tampoco
tenía la más mínima intención, ya que la calidad musical que desprende nuestra
Simfònica es inigualable para una agrupación como la nuestra y posiblemente por
ninguna otra de las Baleares”. Así las cosas, ¿puede calificarse de ópera una
representación sólo con piano?
El sentido común que pide Riera hubiese sido suspender las
representaciones y no engañar al público, por más que se ofrezca la posibilidad
de devolver el dinero de las entradas a aquellos que quieran. ¡Nada más
faltaría! Sentido común es pagar a los trabajadores de forma puntual y no
deberles nada. Y dejar de poner excusas de mal pagador, nunca mejor dicho, para
despreciar de modo tan notorio al buque insignia de la música de Baleares, la
Orquestra Simfònica de les Illes Balears, cuyos componentes no merecen unos
gobernantes tan nefastos y unos gestores culturales que no gestionan nada, ni
respetan la cultura porque una ópera sin orquesta ni es ópera ni es nada. Y
encima, no pagan.
(Publicado en Ciutat.es: http://www.ciutat.es/opinion/columnistas/item/8105-una-opera-sin-orquesta)
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