07 junio 2013

ABUSO DE DERECHO


Que alguien a quien la Fiscalía le pide 6 años de cárcel haga todo lo que esté en su mano para defenderse es absolutamente natural. Que el representante de la Fiscalía lo califique como “abuso de derecho” es más preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que no fueron ni uno, ni dos, ni tres, sino cuatro los miembros del Ministerio Fiscal que estuvieron registrando el domicilio de dos de las personas que ahora se sientan en el banquillo de los acusados (olvidándose de ir a registrar a casa de Bartomeu Vicens e incautarse de los 440.000 euros que según él cobró y no ha devuelto) y aprovechando la circunstancia, o quién sabe si provocándola, examinar las notas y el argumentario de su defensa. No creo que en la reciente historia judicial de este país se haya producido un hecho similar: acudir a casa de un acusado a buscar dinero presuntamente cobrado 6 años antes, tan solo dos semanas antes de iniciar el juicio por ese mismo caso. Eso sí que es todo un abuso de derecho. Como lo es amenazar con pedir medidas cautelares por un pretendido y ficticio riesgo de fuga y luego no pedirlas. Como lo es amenazar a un letrado con sancionarle disciplinariamente si no ejerce la defensa de un acusado, cuando su cliente ha renunciado a su defensa con motivos nada caprichosos, sino porque la acusación ya conoce la estrategia de defensa. Como lo es escarnecer a un abogado que va a ser juzgado obligándole a ocupar el banquillo de los acusados con la toga negra para desacreditarle no sólo a él sino a la profesión entera. Como lo es conceder tan solo 12 días a un letrado defensor para estudiarse una compleja causa de 16 tomos y unos 7.000 folios más documentación anexa ¡y encima maquillarlo de benevolencia!
 
Mal empieza el juicio de Can Domenge y muy oportunamente el catedrático Miquel Coca, que ejerce la acusación particular en este caso, hizo un llamamiento a ser especialmente prudente y no lesionar los derechos fundamentales de los acusados, porque eso puede arruinar todo el procedimiento. El próximo día 19 empezará el juicio y aunque resuenen en la mente de todos las confesiones de Vicens y Sanahuja, inexplicablemente no se va a juzgar el cohecho, lo que es un auténtico despropósito porque permanentemente planeará el soborno sobre el caso y sin embargo nadie será acusado de ello ni nadie podrá defenderse de algo que ya se da por supuesto. No cabe mayor irregularidad.
 
(Publicado en Última Hora)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante artículo sobre el Juicio de Can Domenge. Cuando la dilación indebida se confunde con la indefensión, e independientemente del fondo del asunto, los procedimientos judiciales, sean del contenido que sea, no pueden escapar de los trámites jurídicos pertinentes: una correcta instrucción para posteriormente poder enjuiciar con todas las garantías procesales, y poder emitir una sentencia que no tenga que ser tumbada por el Supremo por el simple hecho de que se ha querido aprender a correr antes de aprender a andar