22 junio 2013

UN SINDIÓS



No es el juicio del soborno, pero no se habla de otra cosa. Debió haberlo, porque Sanahuja dice que lo pagó y Vicens que lo cobró –aunque oculta la persona que envió de su parte a recibir el maletín–, pero eso ya se verá. Munar niega todo y Nadal dice que del cohecho no quiere hablar, que ya declarará ante el juez que lo investiga, aunque reconoce que pasó borradores a Sacresa, pero defiende que el concurso fue impecable. Un completo follón que a parte de poner en evidencia un supuesto cobro de comisiones y la guerra entre PP y UM desarrollada en la legislatura 2003-2007, hace muy difícil aclarar quién hizo qué. Demasiados interrogantes que a buen seguro no serían tantos si se hubiese juzgado todo junto, porque a ver cómo se hará en el previsible juicio Can Domenge 2 por el supuesto soborno para evitar internarse en la cosa juzgada y que se arruine todo el proceso. Quizás las prisas de la Fiscalía y el tribunal hayan puesto en bandeja la futura anulación de todo este sindiós.
 
Vicens dice que el concurso estaba amañado para que ganase Grup Fer, pero no ganó esta constructora sino Sacresa. También confiesa que cobró, por la cuenta que le trae. Dice que pagó a Nadal y a Munar. Nadal confiesa haber pasado información a Sacresa a través de Fiol, que dice que no sabe nada. Sacresa dice que ganó limpiamente, aunque Nadal le exigió pagar 4 millones para cerrar el asunto y pagó. Munar dice que no cobró nada, ni tampoco el partido, algo que corrobora Flaquer. Nadal dice que la expresidenta no estaba al corriente de los tejemanejes con Sacresa y los de Sacresa no saben nada de Munar. Al final, el único que la incrimina es Vicens.
 
Se lamenta el Fiscal diciendo que Nadal sólo habla de lo que le interesa. ¿Quién no lo hace? ¿No lo hace Vicens? La maniobra de aprovechar el registro en casa de Munar para descubrir su estrategia de defensa es muy hábil, aunque obscena. No encontraron dinero pero aprovecharon para descubrir la correspondencia entre ella y Vicens y presentar como cuestión previa las cartas que Vicens tenía, que nada demuestran. Pero Choclán presenta las cartas de Vicens a Munar, donde la advierte de que la tienen ben emproada y se lamenta de las “torturas” y la presión a la que le someten en la cárcel. ¿Quién sale peor parado con la revelación del intercambio epistolar? No quiero pensar lo que puede acabar diciendo alguien que se siente torturado en la cárcel.
 
(Publicado en Última Hora)

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