Hasta ahora la Fiscalía sostenía que Can Domenge fue vendido
por 30 millones € cuando realmente valía el doble, casi 60, y por tanto el
perjuicio causado a las arcas del Consell se estableció en 27,8 millones €, a lo
que hay que sumar un tercio. De ahí que se fijase la fianza civil en 37,1
millones €, a pagar conjunta y solidariamente entre todos los acusados, a
quienes se embargaron sus bienes. Sin embargo, las dudas sobre el valor del
solar persisten y serán motivo de ardua discusión en el juicio, porque hay varios
peritajes que ratifican la inicial valoración del Consell. Román Sanahuja
insiste en que el “único valor real razonable de la finca” eran los 30 millones
que él pagó y no 60, y asegura que lo demostrará en el juicio. La Fiscalía
podría relajar su tesis del valor del solar a cambio de la confesión del pago de
4 millones € a UM. Esto justificaría el giro de 180º de Sanahuja tan sólo dos
días antes de empezar el juicio.
Un fiscal se trasladó a Barcelona para persuadir a Sanahuja
y la posibilidad de salvar más de 30 millones ha convencido al propietario de
Sacresa. Se trata de una cifra que quita la respiración, aunque para alguien a
quien en 2009 se le calculaba un patrimonio conocido de 5.500 millones € y que
figuraba en el tercer puesto del ranking de los más ricos de España (por detrás
de Amancio Ortega, de Inditex y Rafael del Pino, de Ferrovial) sea una minucia.
Sanahuja salva los 37 millones de responsabilidad civil y la Fiscalía asegura la
confesión del pago de 4 millones, ya veremos si vía soborno o vía extorsión,
además de dejar a sus 4 hijos tranquilos y librarle a él de la cárcel,
atendiendo a su edad. No cabe duda que se trata de un buen pacto para él.
El otro “arrepentido” hasta ahora, Bartomeu Vicens, evitará
con su contradictoria confesión que su esposa vaya a la cárcel por blanquear
dinero de Metalumba. Recordemos que la Fiscalía le pide en su escrito de
acusación 13 años y otros 19 para Vicens que se reducirán hasta sólo 3, lo que
le permitirá empezar a disfrutar de beneficios penitenciarios e incluso del
tercer grado en 2014. Tampoco está mal.
Está claro que nadie confiesa a cambio de nada. La Fiscalía
se ha acostumbrado a ir a juicio fundamentando las acusaciones básicamente en
testimonios de coimputados y hasta ahora la Audiencia Provincial ha dado
credibilidad a estos testimonios, pero falta saber qué dirá el Tribunal Supremo.
(Publicado en Última Hora)
No hay comentarios:
Publicar un comentario