Más recientemente en el caso Pallerols, que afecta a
ex cargos de Unió Democràtica de Catalunya, los implicados pactaron con la Fiscalía
penas de entre 7 y 18 meses de cárcel, lo cual les evitaría ir a prisión. Pero
la sección 2ª de la Audiencia de Barcelona rechazó la semana pasada suspender
la pena a los 3 principales condenados y los envió a la cárcel. Explica que lo
hace para “intimidar” a los políticos que pudieran sentirse tentados y porque
es “inadmisible” que no pasen por la cárcel aquellos que se apropiaron de
dinero público. Toda la sociedad aplaude este criterio, excepto la fiscalía que
ha recurrido. Las turbias maniobras para librar de la cárcel a aquellos que se
beneficiaron del delito repugnan a todos, menos a los fiscales que las impulsan.
Pero a partir de ahora los delincuentes han de saber que aunque pacten, lo
estarán haciendo estérilmente porque son los jueces quienes tienen la última
palabra, no los fiscales.
En Baleares son
decenas los casos de amaños extrajudiciales que han permitido que
delincuentes confesos se hayan ido de rositas. En ocasiones ni siquiera han
devuelto la totalidad del dinero que desviaron. Ha sido suficiente con echar la
mierda para arriba, sea verdad o sea mentira. Esperemos que los jueces de
Baleares emulen las valientes decisiones de sus colegas catalanes y pongan
punto final a la impunidad negociada, favorecida por el Ministerio Público.
¡Qué paradoja!
Publicado en Última Hora 16.3.2013.
Publicado en Última Hora 16.3.2013.
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