Sólo así se puede
calificar el progresivo desmantelamiento de Iberia, aerolínea que hasta no hace
mucho era la compañía de bandera española y ahora, en palabras del ex ministro
Josep Piqué y actual presidente de Vueling, sufre una situación tan grave que
podría incluso desaparecer. En diciembre la compañía anunció 4.500 despidos,
que podrían ser 20.000 en total ya que por cada empleo directo en el transporte
aéreo hay entre tres y cinco indirectos. ¡Y estamos hablando de Iberia!
Hemos conocido también que Orizonia echa el cierre. Frustrada la compra de la compañía por el Grupo Barceló primero y por Globalia después, la insolvencia es patente y Orizonia no puede por sus propios medios seguir operando. Mientras la Comisión Nacional de la Competencia –que no el Gobierno, porque es una institución independiente– no de el visto bueno, y ya anunció que no lo hará hasta dentro de dos meses, nadie quiere meter ni un céntimo más en Orizonia. Ni Globalia ni los fondos de inversión que ahora quieren deshacerse de Orizonia. Y así las cosas, la quiebra es inevitable.
Mientras todo
esto sucede, el lento e inexorable hundimiento de Orizonia prosigue y no consta
que el Gobierno de España haya movido un dedo para tratar de evitar el
naufragio, que puede dejar en la calle de forma inmediata a 3.500 trabajadores
en todo el país, 1.000 de los cuales están en Baleares y de ellos 700 en el
Parc Bit. El ministro de Industria, Turismo y Comercio José Manuel Soria está
desaparecido. La secretaria de Estado de Turismo Isabel Borrego es un cero a la
izquierda y nada cabe esperar de ella.
¿Y el Govern de
José Ramón Bauzá? Aquí si que debo reconocer que me faltan todos los
calificativos. La indigencia más absoluta. Nadie ha dicho nada. Ni el conseller
de Turismo, ni el vicepresidente económico, ni el conseller de Trabajo, que no
hay (ni trabajo ni conseller), han salido a la palestra a ofrecer alguna
explicación. Se escudarán, si en algún momento deciden dar la cara, lo cual es
dudoso, en que el Govern no puede involucrarse en decisiones empresariales. Y
nos sonrojará pensar que cuando estaban en la oposición se las exigían al
Govern de Francesc Antich cuando Spanair se marchó a Barcelona. Pero si es
cierto que el Govern nada puede hacer y por eso nada hace, casi lo mejor que
podría pasarnos es que no haya Govern y que se vayan a su casa todos. Nadie les
echará de menos. En Bélgica estuvieron más de 500 días sin Ejecutivo y todo fue
sobre ruedas: mejoraron sus datos económicos y redujeron el paro. ¿Por qué no
podríamos tener la misma suerte en Baleares? Tenemos el motor del turismo
gripado y ellos escondidos, aunque mostrándonos sus declaraciones del IRPF. ¡Para echarse a llorar!
Publicado en www.ciutat.es
http://www.ciutat.es/opinion/columnistas/item/5935-el-motor-de-la-economia-gripado
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