22 febrero 2013

BAUZÁ Y EL FLAUTISTA DE HAMELÍN


Empecemos agradeciendo profundamente la sinceridad del conseller portavoz del Govern de les Illes Balears, Rafel Bosch, quien reconoció el pasado viernes que el Partido Popular incumple su programa electoral de forma flagrante. Ante el desplome de los ingresos se buscan nuevas entradas de recursos a través del elemental procedimiento de establecer nuevos impuestos, aunque hábilmente camuflados bajo un disfraz medioambiental para callar a la izquierda. ¡Sublime! Pero contrario al ideario del centro derecha, aún más al credo liberal, ergo contradictorio con el programa electoral del Partido Popular: su contrato con los electores.
 
Mariano Rajoy cuando estaba en la oposición decía: “Subir los impuestos hoy es darle una vuelta de tuerca más a las maltrechas economías de las familias y las empresas españolas. Y subir los impuestos hoy significa que los españoles vamos a tener que pagar los errores y las gracietas del señor Rodríguez Zapatero y eso es inaceptable”. En un acto en Silleda (Pontevedra) el 26 de septiembre de 2009, afirmó: “Los presupuestos son un nuevo engaño y la subida de los impuestos es un nuevo engaño porque prometió en su programa electoral, en su debate de investidura, en sus intervenciones televisadas y radiadas y en numerosas intervenciones en el Parlamento que no subiría los impuestos”.

Por su parte, José Ramón Bauzá en abril de 2011 en una entrevista a Europa Press, se comprometió a aplicar una reducción de impuestos en Baleares si llegaba al Govern, al considerar que una rebaja impositiva sería “buena para las empresas y para los trabajadores” y permitiría dinamizar la economía, aumentar la circulación monetaria y generar un mayor consumo en la sociedad. Entonces defendía que una bajada de impuestos generalizada para pymes, autónomos y el resto de ciudadanos ayudaría “absolutamente a todo el mundo”. Y apostillaba: “Se trata de que la administración sea lo menos intervencionista posible, que es precisamente lo que hoy en día no está pasando. Es por lo que nosotros apostamos, todo lo contrario a lo que está aplicando el PSOE”.

Y en este estado de cosas es inevitable detectar una serie de paralelismos del presidente del PP Balear con el ex presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero. Bauzá, como Zapatero en su día, se ha visto obligado a traicionar a su electorado y hacer justamente lo que dijo que jamás haría; esto es, subir los impuestos. Obviamente no lo ha hecho a gusto, sino forzado por las circunstancias, como hizo ZP. Pero los destinatarios de los nuevos tributos, o mejor dicho de su recaudación, son empresarios: el electorado natural del PP. Defraudados ante el incumplimiento de la palabra dada, todos se convencen de que la credibilidad de la que hacía gala Bauzá se ha evaporado y que nada de lo que diga a partir de ahora será creíble. “Sus políticas son netamente socialdemócratas”, dirán muchos. “Esto es justamente lo que hubiese hecho un gobierno del Pacte”, dirán otros.

Y ante la indignación generalizada entre los votantes del PP, la ovación cerrada de los diputados del Grupo Popular en el Parlament. Y el silencio cómplice de la mayoría de militantes del PP con un cargo remunerado: consellers, alcaldes, regidores, asesores de todo pelaje y condición, miembros de consejos de administración de empresas públicas, etcétera. Todos asumiendo sumisamente los dictámenes del gran líder, porque quien ose criticarle será despojado inmediatamente de su poltrona. Esta es la democracia interna que rige en los partidos políticos españoles.

Y así tenemos a Bauzá ahora, como tuvimos a ZP entonces, pisoteando sus propias palabras, escupiendo en su programa electoral, despreciando sus propias promesas, desdiciéndose de sus compromisos, excusándose con que “a nadie le gusta subir los impuestos” y “no nos queda más remedio”. Como Zapatero con aquello de que era por responsabilidad, “cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”. Pues bien, ya vemos lo que le costó y le cuesta, porque aún están pagando y bien caro, en el PSOE. Y ya veremos lo que le costará al PP este gobernar mintiendo, al margen de los compromisos, del programa electoral, de espaldas a sus electores.

Todo el PP cierra filas, hace suyo el argumentario del líder y le siguen con paso decidido. Casi militarmente. Como Moisés atravesando el desierto. O quizás estén haciendo como los niños siguiendo al flautista de Hamelín y acaben como ha terminado el PSOE.

¿Cómo es posible que el PP no aprenda de los errores de su rival? ¿Tanta es su arrogancia?

Publicado en www.ciutat.es el 22.2.2013. http://www.ciutat.es/opinion/columnistas/item/5989-bauza-y-el-flautista-de-hamelin

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