MANIFESTACIÓN DE POLICÍAS Y GUARDIAS CIVILES

Tras la manifestación de ayer en Madrid de policías y guardias civiles a la que no pude asistir, he leído en la página web de Luis Solana: http://www.luissolana.com/, dos comentarios críticos con la manifestación, con las organizaciones convocantes y con los asistentes.

No he podido evitar escribir este comentario por su primer artículo:

Estimado Luis,

Respeto profundamente tus opiniones, aunque las considero radicalmente equivocadas. Pero básicamente por una cuestión, porque son miméticas a las de los altos dirigentes del PSOE, partido político que como prácticamente todos no buscan satisfacer las demandas de la sociedad sino utilizar a la sociedad para satisfacer las suyas propias, impermeables a la crítica, inamovibles en sus criterios, alejados de la realidad, en suma. Posiblemente si preguntásemos a los integrantes de las juventudes socialistas, su opinión sea radicalmente opuesta a la tuya. La izquierda tiene un gran problema y es que en más ocasiones de las que serían deseables, sus políticas no tienen ninguna diferencia con las que llevaría a cabo la derecha. Este es uno de estos casos.

La otra cuestión por la que considero tu criterio equivocado, es que escuchas demasiado a los generales y coroneles (aquellos que te dan las cruces, medallas, cadenas y encomiendas…) y muy poco a los agentes de base. No somos más tontos, ni menos inteligentes, ni nuestro criterio vale menos. Tenemos nuestras razones y derecho a ser escuchados con respeto, y no sólo a que se nos amenace con la aplicación del régimen disciplinario, que son ya tantos años escuchando la cantinela de las sanciones que ya aburre hasta a los maniquíes del Corte Inglés. La Guardia Civil se construyó desde el primer día sobre una argamasa de miedo. Y ese miedo ya no soporta el edificio. Y o se buscan otras fórmulas, como el diálogo, la concertación y el respeto, o el edificio se cae de viejo y de ruinoso.

Nadie se manifiesta por capricho. Ni de uniforme ni de paisano. Y en lugar de criticar la manifestación, lo que debe hacerse es un análisis serio y riguroso del por qué del descontento de tanta gente. Y sobre todo, cuando el Gobierno y el Ministerio del Interior sabían que existía este descontento y que había planes de llevar a cabo una protesta, ¿por qué no se hace nada por evitarla? Porque no interesa y porque se considera mucho más rentable políticamente hablando tratar de echarnos a la opinión pública con el argumento falso y demagógico de que “ellos no pueden manifestarse y va contra la ley”.

Así lo hicieron cuando nos manifestamos de uniforme y ahora el mismo ministro vuelve a hacer lo mismo… ¿Por qué no convocó al Consejo de la Policía para tratar de buscar una solución negociada? No es que no se llegara a un acuerdo, es que ni siquiera quiso reunirse para dialogar con nuestros representantes. ¿Por qué no se han convocado las elecciones al Consejo de la Guardia Civil? Existe un mandato legislativo de la ley orgánica 11/2007 que el Gobierno está incumpliendo, al igual que incumple el mandato legislativo que la Ley de Defensa Nacional establece al obligar a que en un plazo de 6 meses el Gobierno apruebe una ley de derechos y deberes de los militares… Como ya dije hace meses, nosotros los guardias civiles no sólo cumplimos y defendemos las leyes, a veces hasta las sufrimos.

No es este Gobierno el más indicado para hablarnos a nosotros, agentes de las fuerzas de seguridad, del cumplimiento de la Ley.

Termino. Luis, trata de escuchar algo más a aquellos que discrepan de ti. Quizás tengamos alguna razón y es posible que haya hasta caminos que podemos recorrer conjuntamente. Pero los sindicatos y las asociaciones no son tan malos como tu nos pintas, ni el Gobierno del PSOE (y sobre todo Rubalcaba) tan beatífico como tu pretendes.

Siempre estáis planteando las cosas de forma bipartidista. Si se manifiestan cuando gobierna el PSOE es que están manipulados por el PP. Y el PP hacía lo mismo: si se manifiestan es porque son unos rojos sociatas y arrastan su rencor por las esquinas. O estás conmigo o estás contra mí ¡Ya está bien de tanto sectarismo…! Escuchad un poco a la gente y no descalifiquéis a los ciudadanos simplemente por ejercer un derecho constitucional de reunión y manifestación que prácticamente 23 de los países de la Unión respetan para los policías.

¿Acaso ya nadie recuerda la manifestación de gendarmes en el año 2001 en París? Si, si, los miembros de la gendarmería francesa, más militares que la propia Guardia Civil… ¿Qué hizo el Gobierno de Lionel Jospin? Ordenar la constitución de una mesa de negociación y hablar como las personas normales. No hubo sanciones, aunque sí amenazas que, como ahora, no sirvieron de nada salvo para desenmascarar a aquellos que las proferían…

Pero parezca que a la democracia española aún le falten unos pocos hervores para entender que en el diálogo con el discrepante está la convivencia pacífica. ¿Dónde está la concertación social en materia policial? ¿En las expulsiones, acaso? ¿En las amenazas, quizás? ¿En las descalificaciones a los manifestantes y a las organizaciones que les representan?

Ya está bien, Luis, ¡ya está bien!

Y este por su segundo artículo:

Veamos, señores, un poco de serenidad.

Es normal y hasta deseable que en democracia, haya gente que no esté de acuerdo con las posiciones de algunos colectivos y que no les guste que estos se manifiesten. En general, las manifestaciones de policías (aún más las de militares) despiertan recelos. Esto ha sido así históricamente y eso no va a cambiar. Lo que debemos hacer es rebatir los argumentos de Luis, alguien que ha sido diputado y, por tanto, representante de todos los ciudadanos.

Coincido contigo, querido Luis, en lo de la graduación de la fuerza. Y es cierto lo que dices del conflicto en Irlanda del Norte. Pero la naturaleza militar no puede servir eternamente de excusa para no atender las necesidades y las reivindicaciones JUSTAS de 80.000 funcionarios. Y te estoy hablando de turnos de trabajo, de protección de riesgos laborales, te hablo de sueldos, te hablo de instalaciones policiales, te hablo de conciliación de la vida laboral y familiar, te hablo de acción social. Todas esas cosas que no son el servicio operativo, pero que afecta a nuestra calidad de vida y, a su través, a la vida de nuestras familias. Y durante siglos (y digo bien, SIGLOS), no se nos ha permitido opinar.

Dices: las quejas por el conducto reglamentario. Y aquí me demuestras un desconocimiento de la realidad que pone los pelos de punta ¿El mismo conducto reglamentario que utilizaban todos aquellos que cada tres meses viajaban a Afganistan en viejos aviones rusos destartalados y con la tripulación borracha, hasta que se cayó el Yakolev 42 porque no les hacían ni puto caso? Y ¿por qué no utilizaste tú el conducto reglamentario cuando eras militar de las milicias universitarias, antes de que un tribunal militar te enviara a la cárcel durante tres años y te degradaran de Sargento por pertenecer a la Agrupación Socialista Universitaria? Pero es que tú nos pides a nosotros algo que no hacías tu cuando eras joven y guapo y alto como la cerveza...

Todos sabemos para que sirve el conducto reglamentario: para que no te hagan ni caso, te inscriban automáticamente en la lista negra (y en negritas), y para que te metan los peores turnos, te quiten dinero a través de la productividad (otra sanción que sufre tu familia) y para que a la mínima, te sancionen todo lo que puedan.

La Guardia Civil no es de izquierdas ni de derechas. Ese es un prejuicio que, aunque algunos no han superado, es inexistente en la sociedad actual y más aún dentro del Cuerpo, con el cambio generacional que ha habido. Pero los derechos constitucionales hay que respetarlos.

Por cierto, ¿cuando eras presidente de RTVE, gritaste alguna vez en alguna comida con directivos o en una reunión con el Comité de empresa, ¡VIVA LA RADIOTELEVIÓN ESPAÑOLA!? Entonces, a qué viene gritar ¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!? Ni siendo socialista ni siendo falangista…

El error no es de los guardias civiles por manifestarse, sino del ministro Rubalcaba por no evitar que lo hicieran. Tampoco Mesquida ni Camacho ni Rubalcaba hicieron nada por evitar la manifestación del 20 de enero de 2007 en Madrid. Sé de lo que hablo. Y tampoco han hecho nada ahora. Luego el error es del Gobierno, no de aquellos trabajadores que hartos de que se les utilice, se les mienta y se les amenace, se lían la manta a la cabeza y protestan pacíficamente por las calles de Madrid, como cualquier otro ciudadano harto y cabreado.