18 octubre 2008

Mi lucha en AUGC y las represalias consiguientes

Perdonadme si no os he informado demasiado sobre cómo va mi nuevo expediente.

El 9 de octubre, un comandante auditor del Cuerpo Jurídico Militar, venido de Madrid expresamente, me recibió declaración en relación al nuevo expediente por falta muy grave que me ha incoado el director general de la Policía y la Guardia Civil. Tan solo me hizo cuatro preguntas y en ningún caso me preguntó por qué no acudí al reconocimiento médico. Supongo que él sabía la respuesta: nunca fui citado para ello. Y la infracción es precisamente "la negativa injustificada a someterse a reconocimiento médico"... y son aquellos que formulan la acusación quienes deben probar que me citaron conforme a la Ley. Y no lo hacen, porque la acusación es radicalmente falsa.

Mi representación letrada, el abogado Mariano Casado, ha solicitado el archivo del expediente sin declaración de responsabilidad, cosa que espero que suceda en los próximos días. Confío en que el comandante auditor, ante la falta radical de fundamento de la acusación, no redacte pliego de cargos y ordene el archivo del expediente sin más.

En este impás, y gracias a la apertura de este segundo expediente por falta muy grave, se aseguraron de que no iría a la manifestación de policías y guardias civiles que hoy sábado ha habido en Madrid, porque eso hubiera supuesto la más que segura apertura de un tercer expediente por falta muy grave, lo que vendría a ser mi suicidio profesional y la expulsión del Cuerpo, algo a lo que no estoy muy dispuesto, francamente. Sospecho que eso es lo que querían al abrirme el expediente, que no apareciese por Madrid hoy. Me hubiese gustado ir, y muchas razones tengo para apoyar a nuestros compañeros del Cuerpo Nacional de Policía, pero hay que ser prudente...

Tengo la certeza de que algunos quieren cobrarse todo el perjuicio que creen que les he hecho con mi participación en las movilizaciones de uniforme del día 20 de enero de 2007 negociación y aprobación de la nueva ley de régimen disciplinario de la Guardia Civil y de la tan reclamada ley de derechos y deberes que reconoce el asociacionismo profesional. Pero yo no tengo conciencia de haber causado daño alguno, sino todo lo contrario: he luchado para que se reconozcan derechos a los trabajadores y trabajadoras de la Guardia Civil y para dignificar nuestra profesión y por tanto, para modernizar una institución anquilosada en el pasado. Pero algunos no lo entienden así y ahora que no ocupo cargo alguno en AUGC y que he desaparecido de la actualidad asociativa y mediática, creen que ha llegado el momento de perpetrar su tan ansiada venganza contra quien ha sido durante años el principal enemigo de "su" Guardia Civil o del modo en que ellos la conciben, un cortijo lleno de jornaleros sin derechos que deben obedecer sin rechistar.

Algunos no pueden consentir que les haya dicho cosas que no ha dicho nadie en los 160 años de historia de la Guardia Civil y que haya protagonizado imágenes como estas y muchas más:






Últimamente estoy recordando las palabras de mi amigo, el admirado teniente coronel José María Sánchez Silva, del Cuerpo Jurídico Militar, quien me escribió una carta en la revista Zero en diciembre de 2002 donde me decía, entre otras cosas, lo siguiente:



“Quiero que sepas que la sociedad se divide entre quienes se sitúan ante este sistema enfrentándose a él con una actitud crítica y tratando de ser espíritus libres y quienes, por el contrario, se integran en él y asumen la parte proporcional de odio y humillación que se les asigna. Tú perteneces a los primeros; no obstante, quiero advertirte, Joan Miquel, que algunos te harán pagar un precio por ello. A partir de hoy, te dirán que lo que has hecho no era necesario, que ha sido un acto exhibicionista, te insinuarán que tal vez te encontrarás más cómodo en un ámbito no castrense, es posible que algunos ignoren tus logros profesionales y por el contrario aireen los fallos que puedas cometer y que consideren que es mejor para todos que tu presencia sea desdibujada. Algunos intentarán condenarte al ostracismo profesional con la finalidad de que tú mismo arrojes la toalla y desaparezcas de sus vidas. A eso, Joan Miquel, se le llama mobbing.
Por el contrario, se que ganarás la paz que nace de la verdad, el reconocimiento mayoritario de la sociedad española, que es tolerante, el cariño de tus amigos, la gratitud de muchos que aún no han dado el paso y el apoyo de aquellas asociaciones y poderes públicos que impulsan planes a favor de la igualdad real en el seno de las Instituciones, con especial incidencia en el mundo castrense. Ten por seguro que solo no te vas a encontrar”.

¡Cuanta razón tenías, mi querido José María!... como siempre.

1 comentario:

Lambretta dijo...

Ánimo y muchas gracias por lo que has hecho por "todos" los guardia civiles.
UN ABRAZO COMPAÑERO¡¡