05 octubre 2008

Acto de homenaje en Alicante

El viernes pasado, día 3 de octubre, asistí como invitado a la Asamblea provincial de AUGC Alicante. Al finalizar la Asamblea fui objeto de un homenaje, junto a José Julio González Sempere (quien fuera Secretario de Organización de AUGC) y Jesús Santamarta (ex-tesorero de la Junta Directiva Nacional de AUGC).

Me entregaron una placa con el siguiente texto: “La Delegación de Alicante a Joan Miquel Perpinyá Barceló. En agradecimiento a tu esfuerzo y sacrificio en nuestra lucha por las libertades del colectivo. Alicante, 3 de octubre de 2008”.






Luego tuve oportunidad de intervenir y reproduzco a continuación mi intervención, que aunque no es literal, fue más o menos así:



Uno está muy acostumbrado a hablar en público, pero hay momentos y circunstancias donde no es fácil hacerlo. Este acto constituye para mí uno de esos momentos difíciles por lo emocionantes y porque, si soy sincero, he de reconocer que constituye un bálsamo y un linimento en un cuerpo dolorido y cansado de luchar tanto, pero en absoluto agotado ni dispuesto a tirar la toalla. Quiero agradeceros a todos y todas vuestra asistencia y vuestro reconocimiento. En especial quiero agradecer las emocionantes palabras de Manolo Martínez, palabras que no merezco pero que agradezco igualmente. También agradezco el apoyo de Manolo Monsálvez, de Alejandro, del abogado de la Delegación, Luis, y también la presencia aquí hoy de un ex-delegado provincial de Alicante, el Sargento Ortiz.

El lunes pasado, día 22, dos agentes del Servicio de Información me abordaron a las 15 horas en un bar cerca de mi casa, donde me encontraba comiendo, se sentaron en mi mesa y me dijeron que tenían unos documentos que entregarme. Se trataba de la orden de incoación por parte del Director General de la Policía y de la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez López, de un expediente disciplinario (MG073/08) por falta muy grave del artículo 24.7 de la L.O. 12/2007 de Régimen Disciplinario de la Guardia Civil, consistente en “La negativa injustificada a someterse a reconocimiento médico… legítimamente ordenada por la autoridad competente, a fin de constatar la capacidad psicofísica para el servicio”.

Me gustaría recordar que actualmente me encuentro suspenso de empleo desde el día 10 de diciembre del año 2007, cumpliendo una sanción por falta muy grave consecuencia directa de la manifestación del 20 de enero de 2007 y la posterior negociación de las leyes, cosa que acostumbra a olvidarse. Junto a mí fueron sancionados otros 19 compañeros y una compañera, quienes a pesar de que cumplieron sanciones de considerable menor dureza, en lo relativo a su historial disciplinario se encuentran todos en igual situación de vulnerabilidad que yo. Aunque yo soy el único de todos ellos que perdió el destino, dado que al ser sancionado a suspensión de empleo superior a 6 meses (12 meses son los que me impusieron como sanción), tal medida lleva aparejada la pérdida del destino. Y debo añadir, además, que estos 12 meses no me cuentan como antigüedad en la Guardia Civil, con lo que eso supone a efectos de trienios, jubilación y además de lo dicho, alrededor de 5.000 agentes (todos los componentes de la 98ª promoción) habrán pasado delante de mí en el escalafón cuando finalice la sanción. De estas cuestiones, como es de entender, no ha habido ‘Caja de resistencia’ que valga ni pueda resarcirme o paliar los perjuicios evidentes que me ha supuesto y que yo y sólo yo acarreo, ningún otro de los 20 expedientados por el 20-E.

Uno de los últimos artículos que escribí siendo Secretario General lo titulé "Hubo que hacerlo y lo hicimos". Y he estado muy tentado en estos meses de silencio y ostracismo a escribir otro que fuera continuación de aquel, y titularlo "...Pero si lo sé, no lo hago". Pero renegar de lo que uno ha hecho es lo último de lo último.

El nuevo expediente disciplinario que me han abierto y el parte en que se sustenta, constituye un completo despropósito pues de ningún modo se prueba que yo haya cometido infracción alguna, y mucho menos que me haya negado jamás a someterme a reconocimiento médico para determinar mi aptitud psicofísica para el servicio. Digo más: nunca he sido citado legalmente y por tanto no puedo negarme a someterme a ningún reconocimiento médico para el que no he sido citado.

En mi opinión se trata de una venganza en toda regla, ahora que se acerca el fin de la sanción que estoy cumpliendo. Persigue dos cosas: o bien que me expulsen del Cuerpo directamente; o bien que pase un tribunal médico estando suspendido de empleo, de forma que la pensión que se me fije sea ridícula, como le pasó en su día al Delegado de Madrid, Juan Carlos Córdoba, y al Delegado de Cuenca, Juan Casanova, a los que por cierto, la Asociación respaldó en todo momento para que no se quedaran desamparados económicamente. Y por eso se buscan una nueva falta disciplinaria. Por eso precisamente lo hacen ahora y no antes.

Además, y ante la falta manifiesta de soporte jurídico que tiene el parte disciplinario, me dejan a los pies del Director General suponiendo, quizás, que no cuento con el apoyo de AUGC y que nadie dirá nada, ni nadie alzará la voz ante este nuevo atropello. Cualquier sanción de suspensión de empleo adicional que pudiera recaer, podría conllevar mi separación del servicio definitiva o mi pase a retiro desde la situación administrativa de suspenso de empleo, con lo que ello significa a efectos de pensión. Aquí está su venganza. No pudieron expulsar a nadie por el 20-E pero van a ir a por mí e intentarán, si no expulsarme, que pase a la situación de retiro estando suspenso de empleo, que viene a ser casi lo mismo que ser expulsado… Una campaña de acoso y derribo a la que se ha dado una capa de barniz jurídico para camuflarla de legalidad, aunque no engaña a nadie porque es puro mobbing.

De todos modos, esta no es la única fechoría de que soy objeto por parte de la cúpula de la Institución. A finales de julio del año 2007 fui cesado en el destino por la apertura de un expediente de pérdida de aptutides psicofísicas sin haber sido examinado por una Junta Médico Pericial como exige la Ley de Personal. A pesar de que recurrí dicha actuación ante la Jurisdicción contencioso-administrativa y estoy a la espera de la sentencia correspondiente, es evidente que desde entonces perdí mi destino en Tráfico y dejé de percibir el Complemento Específico Singular de dicha especialidad, lo que supone algo más de 4.000 euros al año.

Pero me gustaría destacar que lo mismo que hacen conmigo, por mi trayectoria en AUGC a lo largo de 8 años en primera línea en la lucha por los derechos de los guardias civiles y estando en activo, pueden hacerlo con cualquiera de los otros 20 expedientados por el 20-E en cuanto les de la gana. O con cualquier otro representante de AUGC que no se muestre todo lo dócil que cabe esperar. Y que nadie dude que lo harán, porque si nada se hace por evitarlo, si logran hacerlo con un ex-Secretario General, ¿a quién no podrán doblegar?

Desde que existe AUGC, un fundamento básico de nuestro trabajo como colectivo de trabajadores ha sido el de protegernos mutuamente y denunciar los abusos. Siempre he pensado que ningún ataque debe quedar sin respuesta. En el marco de esta tesis fue por lo que en su día denunciamos penalmente al general de Tráfico, Rogelio Martínez Masegosa. Posiblemente esta actuación de la Dirección General tenga algo que ver con ello...



Toda organización profesional está en la obligación de defenderse de los ataques de sus adversarios. No sólo con la intención de resistir a sus ataques, sino que estos deben ser denunciados de forma que tales agresiones les conlleven un desgaste tan grande como sea posible, tanto político como de imagen pública. Y yo me pregunto… ¿cómo vamos a conseguir que reingresen en el Cuerpo al histórico dirigente el sargento José Morata si no conseguimos evitar que expulsen a Perpinyá? O es que, salvando las distancias, ¿voy a convertirme en un caso Morata, segunda parte?

Afortunadamente, siempre hemos tenido amigos. Organizaciones que nos han apoyado y que nos han brindado su ayuda en la medida de lo posible. Y debemos recurrir a ellos para que en esta ocasión estén también a nuestro lado. Organizaciones que firmaron un manifiesto solicitando que se archivaran los expedientes derivados de la manifestación de uniforme del 20 de enero de 2007 en Madrid, como el SUP, CCOO, UGT, Izquierda Unida, y algunas asociaciones profesionales de guardias civiles. Si no somos capaces de protegernos a nosotros mismos, ¿cómo vamos a ser capaces de ayudar a nuestros afiliados y afiliadas?

Todo político, a la hora de tomar decisiones, valora y sopesa los pros y los contras. También tendrá que hacerlo el Director General. Y en mi opinión, ha llegado la hora de demostrar con claridad y firmeza los contras que le puede suponer al Gobierno del PSOE sancionar a un dirigente de AUGC.

Alberto Moya, actual Secretario General de AUGC, anunció en un correo electrónico dirigido a todos los dirigentes de la Asociación; “vamos a denunciar la persecución que están sufriendo determinados representantes de AUGC, en el desarrollo de su actividad asociativa. La gota que ha colmado el vaso ha sido la apertura de otro expediente disciplinario por falta muy grave a nuestro último Secretario General, Joan Miquel Perpinyá, con un pretexto absurdo, como ha sido la negativa a no someterse a reconocimiento médico, cuando ni siquiera se lo notificaron previamente. Creo que no hace falta recordaros que Joan Miquel sigue suspendido de empleo y sueldo por defender nuestros derechos”. También se ha manifestado públicamente en este sentido ante vosotros ahora mismo, y agradezco públicamente su compromiso. Pero igual que lo agradezco, considero llegado el momento de pasar de las declaraciones grandilocuentes de apoyo a los hechos, porque si no las palabras se quedan términos vacíos de contenido y por tanto, hipócritas y falsas y hechas sólo de cara a la galería.

Esta Asociación profesional a la que pertenezco no puede de ningún modo renunciar a sus obligaciones para con sus afiliados y afiliados para no molestar al Gobierno. No puede dejar tirado a nadie. Ni a mí ni a nadie.

Han pasado casi nueve meses desde que abandoné mis responsabilidades al frente de AUGC. Han sido nueve meses apartado de la actualidad asociativa y sin entrometerme en los asuntos de la que también es mi Asociación. Y aunque también tengo mi opinión sobre algunas cosas que se están haciendo de modo incorrecto o con tibieza, también conozco mis obligaciones para con AUGC, organización de la que he sido el máximo dirigente casi dos años. Y por tanto, lo que tengo que decir se lo digo personalmente a quien ahora es el responsable de llevar las riendas de la Asociación y es a él a quien le compete asumir la máxima responsabilidad de representarnos a todos y todas. Y de defendernos.

He venido muchas veces a Alicante. No es la primera vez. Y siempre he venido a mostraros mi apoyo, a animaros a seguir trabajando bien y nunca he pedido nada. Ahora vengo a pediros que me apoyéis ante este ataque que no está dirigido a mí. Está dirigido contra AUGC y contra todos y cada uno de los hombres y mujeres que pertenecemos a AUGC. Sólo lo hacen con nosotros. Con nadie más. Y ahora veremos si la Asociación sabrá estar a la altura.

Muchas gracias.






Así es como dos periódicos de Alicante daban cuenta de lo sucedido y de la convocatoria de una manifestación en Madrid el día 18 de octubre, por parte de los sindicatos del Cuerpo Nacional de Pólicía, protesta a la que se ha sumado AUGC:

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