20 agosto 2016

EL EDIFICIO DE GESA

El mes de agosto es parco en noticias, ya se sabe, motivo por el cual ciertas informaciones que de ordinario no serían publicadas en los medios, en este mes incluso salen en las portadas. El Ajuntament de Palma ha anunciado que sacará a concurso varias plantas del edificio Gesa para rehabilitarlas y alquilarlas a jóvenes emprendedores relacionados con la economía colaborativa. Así, con el dinero que se consiga con esos contratos, se irá rehabilitando el resto del edificio. Lo ha explicado Toni Noguera, que el año que viene será alcalde de la ciudad y al que sus ideas bienintencionadas y un tanto bisoñas, le hacen expresarse más en términos del deseo que de la realidad. Aún recordamos el plan de usos que la alcaldesa socialista Aina Calvo presentó a bombo y platillo en enero de 2011, que contemplaba que la obra de Josep Ferragut albergase una comisaría de la Policía Local, salas polivalentes, un centro cívico-auditorio, salas expositivas, etc. ¿En qué quedó aquello? Hasta la recreación virtual del proyecto, que casi hizo que nos lo creyéramos, fue un ejercicio de cierta crueldad para aquellos que confiamos en que cuando una alcaldesa o un teniente de alcalde dicen algo, eso que dicen será realidad en breve. ¡Qué ilusos!

En primer lugar, procede decir que el estado en que el emblemático y controvertido edificio se halla actualmente es más que deplorable. Cuesta entender y aún más aceptar que un Bien Catalogado de propiedad municipal, situado en primera línea de la fachada marítima de la ciudad, presente tal estado de degradación y ruina, con semejantes daños perceptibles a simple vista, debiera ser motivo de vergüenza colectiva. Es por ello que cuando se dice que Cort ha añadido 208 inmuebles al catálogo de edificios protegidos de Palma, uno no puede dejar de sonreírse, porque si los edificios ya catalogados y protegidos que pertenecen al Ajuntament de Palma, perecen víctimas del vandalismo y la indolencia, imagínense lo que sucederá con los que son de propiedad privada. Mientras el equipo de gobierno municipal exhiba en la calle Joan Maragall un edificio catalogado, de su propiedad, con cristales rotos, y grafitis, que más parece un local ‘okupa’ que una obra distinguida de la arquitectura moderna, la credibilidad de Cort hace aguas por los cuatro costados. Ni Isern ni Hila han hecho nada para atajar la situación. Es difícil confiar en que Noguera vaya a conseguirlo.

(Publicado en Última Hora)

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