Informan los medios de comunicación de que siete personas,
cinco hombres y dos mujeres, resultaron
detenidas en la madrugada del sábado al domingo por insultar y agredir a una
pareja de homosexuales nada menos que en la plaza de Chueca de Madrid,
epicentro gay de la capital de España. Además, uno de los atacantes, un búlgaro
de 18 años, se resistió violentamente a ser detenido y agredió a dos agentes de
la Policía Nacional, causando además daños al coche patrulla en el que iba a
ser trasladado. La Policía acusa a los arrestados de un delito de homofobia.
Ante episodios así cobra aún más fuerza la necesidad de que
las leyes protejan activamente a las víctimas de los delitos de odio
endureciendo las penas y sobre todo, obligando a los autores de agresiones
homófobas -155 en lo que va de año solo en Madrid- a someterse a tratamientos
psicológicos para superar la homofobia y para abandonar la violencia. No
podemos resignarnos a que las condenas por ataques de nítido carácter homófobo
se ventilen como meras faltas de lesiones, como ha sucedido recientemente en un
juzgado de la capital pese a que los 3 agresores le pegaron una paliza al grito
de “¡maricones de mierda!”.
La sociedad no puede quedarse impasible ante los ataques
racistas, sexistas u homófobos. Los autores de tales hechos deben no solo ser severamente
castigados, sino que la sociedad debe procurar tratarles como lo que son,
personas enfermas capaces de ejercer actos de violencia sin más justificación
que el odio que les merecen las personas diferentes a ellos. Ante casos así no
podemos quedarnos de brazos cruzados.
(Publicado en mallorcadiario.com e ibizadiario.info)
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