Evidentemente el alférez Palomo y los agentes a sus órdenes llevan a cabo una tarea extremadamente compleja y eminentemente técnica, que requiere de una gran competencia profesional y no poca perspicacia. Su función primordial es averiguar las circunstancias de un homicidio, hallar al responsable y ponerlo a disposición judicial, junto a las pruebas que permitan juzgarlo por un tribunal. De tal modo que su tarea es represiva, no preventiva y por tanto no es razonable exigirles eficacia en la prevención, sino eficacia en la captura de los autores de los homicidios que se producen y rigor en las pruebas que permitan a los tribunales de Justicia sustentar una condena.
La tasa de homicidios en España es una de las más bajas del
mundo, en contra de lo que pueda parecer, con una tasa de 0,8 homicidios por
cada 100.000 habitantes de media. En Baleares en 2013 hubo 16 homicidios, lo
que situó la tasa en 1.43, sólo superados por Canarias, Navarra y Baleares. En
Estados Unidos la tasa es de 4,7 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la
Guardia Civil son magníficos profesionales que realizan un trabajo encomiable,
con gran dedicación y no exento de riesgo. Lo mismo sucede con los agentes del
Cuerpo Nacional de Policía. Y aunque por ahora siga sin esclarecerse la
desaparición de Malén Ortiz, reconforta saber que profesionales de esta talla
andan tras la pista y las pesquisas no se han abandonado nunca. Confiemos en
que tengan suerte y logren esclarecer esta sospechosa desaparición pronto.
(Publicado en mallorcadiario.com)
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