Mariano Rajoy dice impulsar una serie de medidas de regeneración democrática pero no se lo cree ni él. De lo contrario no hubiese volado para blindar al rey abdicado Juan Carlos I con un aforamiento y evitar que pueda pasarle lo que le ha sucedido esta semana al ex presidente de la República Francesa Nicolás Sarkozy. No hace ni un mes que el Gobierno de España indultó a un guardia civil (hijo de un concejal del PP, mira tú por dónde) que fue condenado por no impedir una agresión sexual y además grabar la fechoría con su móvil. ¿Y nos hablan de regeneración ética? Continúa de ministra de Sanidad un personaje como Ana Mato cuyo marido, Jesús Sepúlveda, fue obsequiado profusamente por la trama Gürtel con viajes y un coche de la marca Jaguar, entre otras fruslerías, aunque ella no se enteró de nada. Y Luis Bárcenas, que está en prisión, ha revelado al juez Ruz que el PP manejaba una contabilidad B gracias a donaciones ilegales hechas por empresarios que luego obtenían suculentos contratos públicos y que con ellas pagó sobresueldos a dirigentes del partido, incluyendo al propio Rajoy. ¿Y se atreve el presidente a hablarnos de regeneración ética?
Esta apelación ética suena casi tan hipócrita como las
palabras de la presidenta del Consell María Salom, cuando se jacta de
haber destinado a Servicios Sociales los 2 millones de euros que Román
Sanahuja, propietario de Sacresa, ha devuelto por el asunto de Can Domenge.
Hay que aplaudir tal medida, que aliviará la dramática situación de muchas
familias. Pero como la necesidad es tanta y la pobreza no solo no disminuye en
Mallorca sino que el 23,6% de la población está en riesgo de pobreza y
exclusión social, como denuncia la Xarxa per a la Inclusió Social de les Illes
Balears-EAPN y perfectamente sabe la consellera insular del ramo Catalina
Cirer, sería estupendo que Salom y el Partido Popular devolviesen los 50
millones de pesetas que en su día fueron desviados de las obras del túnel de
Sóller. Cirer, por su parte, debería exigir que los 50.800 € que Javier
Rodrigo de Santos malversó mientras ella era alcaldesa de Palma para pagar la
coca y los chaperos de Casa Alfredo y que devolvió antes del juicio, se
destinen a los Servicios Sociales municipales. Animemos al PP a destinar a Servicios
Sociales todo el dinero de la corrupción, pero no solo de la ajena, también de
la suya propia que no es poca. Presuman de eso también.
(Publicado en Última Hora)
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