17 octubre 2013

SU DELITO, LA PRESIDENCIA DE MALLORCA


Decía Nietzsche que alegrarse del mal ajeno es la forma máxima del resentimiento. Evitemos caer en tan mezquino comportamiento. Maria Antònia Munar está en la cárcel porque los jueces de la Audiencia Provincial creyeron a pies juntillas la versión de Miquel Nadal, a pesar de haberla cambiado para lograr una atenuante que reduce a menos de la mitad el tiempo de cárcel que cumplirá (ella 66 meses y él 31,5). Creyeron a los que ofrecieron vender Video U, Miquel Oliver, Luisa Almiñana y Ramón Rullán, quienes sólo por señalarla a ella se han ido de rositas. Impunidad total. La palabra de unos consumados y contumaces embusteros con trato de favor de la Fiscalía ha valido más que la palabra de Munar y el testimonio de dos funcionarios chóferes de la ex presidenta que negaron la versión de Nadal. Margalida Sotomayor paga caro su negativa a pactar con la Fiscalía y defender su inocencia. Los caraduras que sugirieron el mangoneo, se llevaron la pasta y solo devolvieron una pequeña parte del botín están libres, riéndose a carcajadas de haber burlado a todos y de ver que la opinión pública se muestra satisfecha porque los políticos están entre rejas y ellos no. Somos así de necios.
 
El Tribunal Supremo ha demostrado que su vara de medir es distinta según quién se siente en el banquillo. Lluc Tomás (PP), Javier Rodrigo de Santos (PP) o Jaume Matas (PP), vieron generosamente reducidas sus penas, cuando no directamente absueltos.  Los de Unió Mallorquina no tienen suerte en Madrid. No reciben el mismo trato que los sospechosos del PP ni del PSOE. Buils, Vicens, Nadal y Munar no han conseguido convencer a los jueces, aunque cabe preguntarse si había alguna posibilidad de hacerlo. Todo estaba escrito de antemano. La filtración de la sentencia al periódico El Mundo horas antes de hacerla pública no es una anécdota más.
 
Munar insiste en su inocencia. Alega que no fue propietaria de Video U nunca. Los jueces exhiben como única prueba la palabra de otros imputados: la declaración de Nadal con el episodio de los 300.000 € en el coche oficial y la existencia de dos testaferros, no uno. Se pregunta el Supremo ¿para qué quería Nadal dos testaferros? Y me pregunto yo ¿para qué quería Munar a Nadal si el dinero era suyo? Basta muy poco para encerrar a alguien 5 años y medio. Su delito es haber sido la presidenta de Mallorca y nacionalista. Delito gravísimo para la Justicia, aquí y en Madrid.
 
(Publicado en Última Hora)

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