19 octubre 2013

DELINCUENTES CON TALENTO


Nuestra sociedad no valora suficientemente a la gente con talento. Es injusto. Debemos reconocer públicamente a la gente que es capaz de tirar adelante proyectos, pese a las dificultades. Tenemos entre nosotros a un emprendedor de lujo: Miquel Oliver Reus. Su estrecha vinculación con el PSOE fue la llave de su prosperidad en los negocios. Su padre fue presidente del PSIB; uno de sus hermanos, Pere Antoni, fue director general del Govern Antich; y su actual pareja fue concejal en Palma con Ramón Aguiló. Cuando Jaume Matas llegó al Consolat de Mar en 2003 ordenó el veto a la empresa de Oliver y este se dirigió a camelar al Consell de Mallorca, la única institución que no estaba bajo el control del PP. Se reunió con Miquel Nadal y le comentó la posibilidad de vender el 50% de las acciones de Video U, la productora que tenía junto a su ex esposa Luisa Almiñana y su amigo Ramón Rullán.
 
Se llevó el dinero de la venta, los famosos 300.000 euros que según Nadal le entregó Munar –sin más prueba que la palabra de uno contra la del otro, aunque el tribunal creyó a Nadal ignorando las pruebas de descargo–. Se embolsó el dinero de las subvenciones otorgadas a Video U. Y cuando fue descubierto, lo negó todo para meses más tarde, en febrero de 2010, asesorado convenientemente por su hermano Antoni, magistrado del TSJB, decidirse a colaborar con la Fiscalía y entregar una declaración escrita, la misma que entregaron Almiñana y Rullán, donde implicaban a otras personas que interesaban a los fiscales infinitamente más que ellos. Entre los tres devolvieron el día antes de empezar el juicio 120.000 €, una muy pequeña parte del botín. Oliver y su banda lograron dos atenuantes muy cualificadas y fueron condenados a 1 año y 3 meses de cárcel por malversación de caudales públicos, eludiendo entrar en prisión.
 
Estamos ante un crimen perfecto urdido por un genio. Él tenía los problemas, él tramó el fraude, su empresa solicitó las subvenciones –aunque sostuvo la delirante tesis que fue Margarita Sotomayor, a la sazón directora insular de Comunicación, quien le instó a hacerlo-, no hicieron el trabajo y se llevaron la pasta. Una vez descubiertos señalaron a otros y ahora ellos están libres mientras aquellos están en la cárcel. Hay que reconocer que encarcelar a Miquel Oliver y sus secuaces no luce en absoluto, pero encerrar a Nadal y Munar, eso es otro cantar.
 
(Publicado en Última Hora)

No hay comentarios: