Bartomeu
Vicens ha aguantado mucho tiempo la presión pero si quería evitar que su esposa
ingresara en prisión ha tenido que plegarse a las exigencias de la Fiscalía,
que pedía para ella 13 años y 3 meses de prisión y para él 19 años por el caso
Metalumba que se juzgará en noviembre. Vicens estuvo en el punto de mira de Anticorrupción
desde que ingresó en la cárcel el 6 de julio de 2010 para cumplir una condena
de 3 años por malversación, al pagar 12.000 € de fondos públicos a su contable.
En mayo de 2012 fue condenado a otros 3 años de cárcel por un caso muy similar,
cuando otorgó casi 12.000 euros a la productora Studio Media en 2004. La
Fiscalía entonces le reconoció una atenuante al devolver el dinero, pero no la de
colaboración con la Justicia por su negativa a confirmar sus sospechas en Can
Domenge. Ahora parece que Vicens ha aprendido la lección.
Los fiscales Carrau
y Horrach visitaron en varias ocasiones a Vicens en prisión, junto a sus abogados
Valdivia y Campaner, quienes ahora han renunciado a su defensa porque al parecer
no cobran. Los fiscales tentan a Vicens y la recompensa es mucha: impunidad
para su esposa y para él, cumplimiento como máximo del triple de la condena
mayor que se le ha impuesto, que es de 3 años. En resumen: 9 años y por tanto,
en 2014 acceso al tercer grado. Ya lo tuvieron más de 2 años sin pisar la calle
ni en navidades, hasta que en noviembre del año pasado la Audiencia acordó la
concesión de permisos de salida, en contra del criterio de la juez de Vigilancia
Penitenciaria y de la Fiscalía. Había que doblegarlo como fuera.
Ante la perspectiva de una condena muy elevada y la
posibilidad de que su esposa acabe encarcelada por Metalumba, Vicens ha acabado
cediendo. Acepta pactar con la Fiscalía pero
deberá facilitar información inédita. Se dice que confiesa haber cobrado un
soborno de 600.000 € pero ¿dónde está el dinero? Si los tiene, es extraño que
sus abogados hayan renunciado a su defensa porque no cobran. Y más extraño aún
es que teniendo tanto dinero no lo utilizase para pagar la fianza de 100.000 €
que en las navidades de 2009 le permitió eludir la prisión gracias a la colecta
hecha entre sus compañeros de UM y otros amigos. Por todo esto no se puede
descartar que Vicens sólo esté diciendo lo que la Fiscalía quiere oír, sin
ninguna prueba y sin entregar el dinero. ¿Le bastará eso para recibir un trato
de favor?
(Publicado en Última Hora, 18.5.2013)
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