La Guardia Civil conmemora estos días el 169º aniversario de su fundación. Y lo celebra enardeciendo su espíritu militar y encarcelando en la prisión militar de Alcalá Meco a uno de sus agentes durante 3 meses y un día, como antiguamente. La Justicia Militar –que como dijo Groucho Marx es a la Justicia lo que la música militar es a la música– ha sentenciado que esta es la pena que le debe ser impuesta en aplicación del Código Penal Militar, por haber incurrido en un delito de insulto a un superior en la modalidad de maltrato de obra. Se trata del agente canario Juan Carlos Alonso que cuando estaba de servicio en un servicio de orden público apartó a un cabo que le estaba increpando y le dijo “déjame trabajar”. Por esto se le priva de libertad por tres meses.
El 20 de enero de 2007 miles de guardias civiles nos
manifestamos en Madrid, conmigo a la cabeza, para que se dejase de aplicar el
régimen castrense a los guardias civiles mientras no realizaran misiones de
carácter militar. El Gobierno socialista atendió nuestra petición y aprobó dos
Leyes Orgánicas: la 11/2007, de Derechos y
Deberes de los miembros de la Guardia Civil y la 12/2007, de Régimen
Disciplinario. Esta última modificó el Código Penal Militar de modo que no se
aplicase a los miembros de la Guardia Civil “en la realización de los actos
propios del servicio que presten en el desempeño de las funciones que, para el
cumplimiento de su misión de proteger el libre ejercicio de los derechos y
libertades y garantizar la seguridad ciudadana, les atribuya en cada momento la
normativa reguladora de dicho instituto”. Y establecía que lo anterior no sería
de aplicación “en tiempo de guerra, durante la vigencia del estado de sitio,
durante el cumplimiento de misiones de carácter militar, o cuando el personal
del citado Cuerpo se integre en Unidades militares”.
La voluntad del legislador está clarísimamente expresada
pero se aplica aquí aquella máxima de “redacten ustedes las leyes que nosotros
redactaremos los reglamentos”, dejando claro que a la Justicia Militar le
importa un rábano la voluntad del legislador, las leyes que regulan la Guardia
Civil y el sursum corda, e interpretan la ley a su conveniencia para hacerle
decir lo que no dice. Sin embargo, los miembros de la Justicia Militar, una
selecta banda de leguleyos que se autoproclaman a sí mismos juristas, cuando
habitualmente actúan como un grupúsculo de desalmados defendiendo a su casta y
a los privilegios que lleva aparejados (salvando honrosas excepciones), ante el
peligro de ver decaer su carga de trabajo y la existencia misma del Cuerpo
Jurídico Militar al que pertenecen, decidieron que las misiones militares en la
Guardia Civil son todas, incluyendo las que habitualmente son desempeñadas en
el marco de la seguridad ciudadana (policía judicial, tráfico, control de armas
y explosivos, etc.) y no únicamente aquellas donde los agentes están
incorporados en un contingente militar como puede suceder en Afganistán, Líbano
o en maniobras militares realizadas bajo la autoridad del Ministerio de
Defensa.
Y así tenemos un sistema penal militar que se nutre de
encarcelar a guardias civiles por auténticas nimiedades, matando pulgas a
cañonazos, encerrando a un agente en la cárcel separado de su familia y amigos
durante tres meses, por hechos que no merecerían ningún reproche o en todo
caso, de merecerlo sería suficiente con una suspensión temporal de empleo y
sueldo que es lo que sucede en toda la Administración. Pero no en la Guardia
Civil. La Guardia Civil prefiere seguir instalada en el año 1.844, en tiempos
de la reina Isabel II. Tratando a sus hombres y mujeres idénticamente igual que
entonces. Sin ningún derecho. Sin ninguna consideración. Peor pagados que el
resto de cuerpos policiales. Humillados siempre. Y eso les enorgullece cuando
debería caérseles la cara de vergüenza. Sonroja verles celebrar el inmovilismo
pétreo. Hasta en el modo en que castigan a sus propios agentes. Como en 1.844
porque por ellos, no pasa el tiempo.
(Publicado en www.ciutat.es:
http://www.ciutat.es/opinion/columnistas/item/7268-clxix-aniversario-de-la-guardia-civil)
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