22 noviembre 2014

MONTAJES POLICIALES Y JUDICIALES


Katiana Vicens, líder de CC.OO. Baleares, ha recurrido la condena a pagar una multa de 3.960 euros que le fue impuesta por un delito de coacciones y otro de daños. Por suerte para ella resultó absuelta de la acusación más grave, un delito contra los derechos de los trabajadores por el que la Fiscalía solicitaba (y sigue solicitando, ya que también ha recurrido con una persistencia digna de mejor causa) 4 años y medio de cárcel, cosa excesiva a todas luces. Tras el juicio Vicens criticó que la actuación del Ministerio Público rozaba la inconstitucionalidad. PSIB, MÉS, UGT y STEI-i, entre otros, le mostraron su apoyo.
 
También acabamos de conocer la condena a Marcel Pich de Endavant-OSAN y Robert Abela de CGT, a 8 meses de cárcel y 240 euros de multa. La Fiscalía les acusó de desorden público, lesiones y atentado a la autoridad durante la huelga general del 14 de noviembre de 2012, por lo que pedía 4 años de cárcel para cada uno de ellos, muy lejos de la pena impuesta afortunadamente. A raíz de esta condena, el sindicato STEI-i ha denunciado el “montaje policial y judicial” llevado a cabo contra Pich y Abela, y rechaza “la represión contra las personas que impulsan el despertar del pueblo mallorquín”. MÉS se pronunció en parecidos términos, mostrando su solidaridad con los condenados y rechazando “la criminalización de los movimientos sociales y sindicales”.
 
La izquierda nacionalista considera toda actuación judicial contra sus afines o amigos como actos de represión intolerables, mientras que las actuaciones policiales y judiciales contra otras formaciones políticas, entidades sociales o colectivos son aplaudidas y jaleadas. Cuando han ocurrido, los de MÉS se han felicitado públicamente pero cuando son ellos los puestos en la picota, se trata de actuaciones represivas contra el pueblo mallorquín. Los de Biel Barceló hablan de “acción coordinada desde altas instancias del Estado Español”, pero sólo alzan la voz cuando los suyos o sus allegados son las pretendidas víctimas. Si los procesos son a otros, se trata de la pura y simple acción de la Justicia. No les parece censurable la interrupción a gritos de una celebración religiosa en un templo católico, ni la ocupación tumultuosa del despacho de un conseller, pero si se juzga y condena a dos activistas por enfrentarse a la Policía, estamos ante un montaje policial y judicial. ¡Y luego querrán que los tomemos en serio!

(Publicado en Última Hora)

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