07 junio 2014

PPULSIONES SUICIDAS


Estaban avisados. José Ramón Bauzá lleva meses coleccionando críticas a su autoritarismo y no puede poner un pie en la calle sin que le abucheen. De ahí que ni a los actos solemnes de la UIB acuda y a muy pocos actos públicos abiertos a los ciudadanos. Ignoró la mayor manifestación celebrada en Palma en septiembre del año pasado. Los docentes le interpelan por su desprecio. Pero en su mesianismo, inmune a las críticas, cree que quienes no han votado al PP volverán. ¿Por qué habrían de hacerlo si lleva toda la legislatura diciendo que no gobierna “pensando en las próximas elecciones sino en las próximas generaciones”, creando problemas innecesarios y solucionando muy pocos? La crispación generada con la imposición del TIL sin consenso (también a padres y madres que votaban al PP) y los ataques al catalán están en el origen de la pérdida de 38.650 votos, el peor resultado de su historia. Y si no se frenan los sondeos petrolíferos el descalabro puede ser antológico en 2015. Bauzá se consuela pensando en el desastre que asola al PSIB de Armengol. En su soberbia es incapaz siquiera de reunirse con la Assemblea de Docents para desactivar el conflicto –y ya de paso la huelga de hambre de Jaume Sastre, que hoy entra en su 31º día–. Su receta consiste en aquello de “es dematí pa i ceba / a migdia ceba i pa”. Más de lo mismo, que Gómez lo arreglará. O mi mayoría absoluta o el Pacte. ¿No habrá nadie en el PP que le recuerde las veces que han perdido este órdago a la grande?
 
En Palma conviene que José Mª Rodríguez y Mateo Isern se entiendan si quieren evitar la debacle a la que su enfrentamiento les aboca. Al menos Isern nos ha ahorrado el bochorno de verle gimotear –como vimos a María Salom cuando anunció el recurso por la desprotección de Gesa que al final se ganó– por tener que recurrir la anulación de la reparcelación de la fachada marítima. Al insaciable José Luis Núñez, condenado junto a su hijo a 2 años y 3 meses de cárcel por sobornar inspectores de Hacienda y a la espera del indulto que han solicitado, no le basta con el doble de edificabilidad en 2ª y 3ª línea. Quiere aún mucho más. Reprocha el concejal Jesús Valls al anterior equipo de gobierno en Cort que “las cosas no se pueden llevar adelante sin consenso político y social, con imposiciones y sin acuerdos con los particulares”. Que se lo diga a Bauzá, determinado a tirarse por el precipicio. Y con él, al PP.
 
(Publicado en Última Hora)

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