19 abril 2014

NÚÑEZ ES UN MAL ENEMIGO


La sentencia del juez Francisco Úbeda dejó claro que el Consell no infringió ningún trámite procedimental, ni se había demostrado que la protección del edificio Gesa respondiese a desviación de poder o a fines distintos a los intereses públicos. Lo confirma ahora el TSJB, arrumbando definitivamente la teoría de la ‘vendetta’, aunque ya lo hacía la cronología de los hechos. Sentados los valores arquitectónicos y artísticos innegables y la absoluta legalidad del procedimiento, conviene recordar que la remodelación de la fachada marítima en 2004 suponía un pelotazo colosal. El derrumbe de las viviendas del Baluard del Príncep; el derribo de la sede de Gesa y la edificación de pisos de lujo, con aparcamiento subterráneo y centro comercial; la construcción del Palacio de Congresos y dos hoteles anexos;  bulevar peatonal y soterramiento del tráfico; reforma del Moll Vell con hoteles, comercios y zonas de ocio; y la guinda del pastel, la ópera de Santiago Calatrava. Esto es lo que tenía planeado el PP de Jaume Matas, un colosal proyecto especulativo y sobre todo, lucrativo, acorde a la ambición del líder. La “herencia recibida” a la que se debe referir José Ramón Bauzá.
 
José Luis Núñez se apuntó al negocio de construir pisos de lujo (quien sabe si animado por Matas y  Rodrigo de Santos), como los hoteleros se apuntaron al Palacio de Congresos para luego dar la espantada y dejarlo “como una ballena varada”, por utilizar el símil de Patxi Mangado. Sin embargo, cuando el Colegio de Arquitectos y su decano Luis Corral vieron el peligro que corría la gran obra de Josep Ferragut, solicitaron al Consell su protección. Núñez, para abortar la maniobra, se presentó al concurso de Can Domenge y ofreció 60 millones a sabiendas de que ni los valía ni los tendría que desembolsar jamás, solo para poder denunciar al Consell si Gesa era protegido. Y efectivamente, solo 6 días después de que la Comisión de Patrimonio catalogase el edificio, Núñez presentó la querella por Can Domenge, cuando la adjudicación a Sacresa había tenido lugar 8 meses antes. Maria Antònia Munar cayó en la trampa que le tendió Núñez, condenado en enero por el Supremo a 2 años y 2 meses junto a su hijo por sobornar inspectores de Hacienda aunque aún no han ingresado en la cárcel. Matas tenía razón cuando le dijo a Munar que Núñez era un mal enemigo. De no haber protegido Gesa, no hubiese existido el caso Can Domenge.

(Publicado en Última Hora)

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