16 febrero 2014

EL CASINO Y SON PUIG


No es la primera vez que la negativa del Ajuntament de Palma a conceder las licencias municipales causa un grave quebranto a las arcas públicas, como aventuro que sucederá en el caso del segundo casino. El Gran Casino Teatro Balear ganó en noviembre el concurso público convocado por la Conselleria d’Economia i Competitivitat. Consta en el expediente administrativo un informe de idoneidad del primer teniente de alcalde de turismo del Ajuntament de Palma y coordinador municipal, Álvaro Gijón, del que ahora reniega. La Gerencia de Urbanismo ha denegado la licencia a los promotores alegando motivos absurdos y peregrinos que jamás impidieron ni dificultaron la actividad anterior de bingo en el mismo local. Ni la superficie, ni las viviendas contiguas, ni las plazas de aparcamiento jamás fueron obstáculo. Todo es un burdo pretexto para forzar al Govern a retirar la licencia recién otorgada a quien ganó el concurso legalmente, Teatro Balear, y otorgársela al proyecto por el que sentían preferencia, no es difícil imaginar por qué. Se cansaron de decir que querían un nuevo hotel en Playa de Palma con casino, que cual bálsamo de Fierabrás desestacionalizará el turismo y los magnates árabes dejarán de ir a Montecarlo para venir a s’Arenal. Imposible hacer las cosas peor y no es menos irónico que el Govern presente el anteproyecto de Ley del Juego teniendo este marronazo gracias al PP de Palma, a su secretario general y alcalde en la sombra, José Mª Rodríguez y a su mano derecha Gijón.

Los Populares de ambas instituciones, Govern y Ajuntament, insisten en que el único responsable, a pesar de haber ganado el concurso, es el promotor del Teatro Balear, pero conviene recordar que cuando FCC ganó el concurso para la sede de TV Mallorca en 2006, el entonces responsable de Urbanismo de Cort, Javier Rodrigo de Santos, denegó los permisos caprichosamente a pesar de los informes que aportó la concesionaria, como también lo hizo en Can Domenge. Años más tarde el Consell fue condenado a pagar 13 millones a FCC, lo que llevó a la quiebra a TV Mallorca que tuvo que cerrar. Las chapuzas del Ajuntament las acabaremos pagando todos. Aunque puede que la Justicia responsabilice a los políticos y les obligue a pagar de su bolsillo. Álvaro Gijón y Jesús Valls pueden preguntarle a sus compañeros del último Consejo de Administración de RTV Mallorca. Por jugar a la ligera con dinero ajeno.

(Publicado en Última Hora)

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