15 febrero 2012

NUESTROS POLÍTICOS NOS ROBAN


Ayer en el Congreso de los Diputados, PP, PSOE y CiU se concertaron una vez más para evitar que, como había propuesto UPyD con el apoyo del resto de grupos minoritarios de la cámara, los ex presidentes del Gobierno no puedan compatibilizar la pensión con un sueldo privado. Los tres grupos mayoritarios no están dispuestos a suprimir los privilegios de que vienen disfrutando los ex presidentes y equipararse con el resto de mortales, que no pueden percibir una pensión pública y una retribución privada. Recordemos que tanto José María Aznar como Felipe González cobran una pensión vitalicia de 80.000 euros, al margen de los 200.000 euros anuales que percibe Aznar de Endesa y los 126.000 euros al año que recibe González de Gas Natural, al margen de otros ingresos varios por conferencias, actos públicos, derechos literarios, etc. Por descontado que a los interesados ex presidentes no se les ha pasado por la cabeza en estos momentos críticos para la economía del país, renunciar a sus respectivas pensiones. ¡Hasta ahí podíamos llegar!


Luego el Gobierno trata de lavarse la cara anunciando una homogeneización de los sueldos de los cargos electos municipales, pero no deja de ser propaganda barata recubierta de mucha hipocresía. Luego se preguntarán por qué el CIS tiene cuantificado que los españoles consideren un grave problema a la clase política en general.

Lo cierto es que todo suma. La prejubilación como profesor universitario del ex presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aprobada un mes antes de abandonar el poder, cuesta un pastón que no tenemos. El retiro dorado de ex presidentes autonómicos en el templo español de la inutilidad, el Senado (Francesc Antich, José Montilla, Juan José Lucas, Joan Lerma o el recientemente fallecido Manuel Fraga) ahonda en la percepción de que estamos pagando cantidades importantes de dinero que no tenemos para cosas que de nada nos sirven a los ciudadanos, aunque sí permiten vivir del cuento a los políticos. El tema de los sueldos indecentes de los directivos de las cajas de ahorros intervenidas es tema aparte, aunque igualmente enojoso. Y lo mismo cabría decir de la multimillonaria asignación presupuestaria a la Casa Real, a la que encima y como recochineo algunos aduladores y cortesanos califican de "de las más baratas de Europa", cuando es gente que vive a todo lujo y sin pegar un palo al agua.

Mientras esto sucede, los enfermos se amontonan en las urgencias de los hospitales, los estudiantes se manifiestan para pedir calefacción en los institutos en el peor invierno de las últimas décadas, o las organizaciones asistenciales de personas discapacitadas liquidan programas por falta de pago de la Administración. Y aún se atreven a decir que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades… y es verdad porque pagamos pensiones vitalicias a ex presidentes que no lo necesitan con dinero que, a tenor del déficit que arrastra el país, no tenemos.

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