24 enero 2012

AUDIENCIA NACIONAL: ¡DADLES DE DURO!




Cuando nueve días después de la liberación del funcionario de prisiones Juan Antonio Ortega Lara, los terroristas de ETA secuestraron el día 10 de junio de 2005 al concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco, la banda exigió para respetar su vida “el fin de la dispersión de los presos políticos vascos”. Entonces el Gobierno no cedió al chantaje y los etarras le asesinaron vilmente de un tiro en la cabeza, a pesar de las peticiones masivas de clemencia. Con una crueldad extrema.

No hace ni tres semanas decenas de miles de personas se manifestaron en Bilbao pidiendo el acercamiento de los presos vascos a las cárceles de Euskadi y la derogación de la doctrina Parot. ¿Qué ha ocurrido para que ahora haya que acercarlos, cuando no se hizo antes? Que ETA anunció que dejaba su actividad criminal. Sin embargo sigue existiendo como organización criminal y no da muestras de pretender su auto-disolución. Muy al contrario. Trata de recaudar dinero en comercios del País Vasco “de forma voluntaria”, aunque anotando aquellos que no “colaboran”. Sigue dando instrucciones a sus integrantes que están cumpliendo condenas y les ha ordenado que bajo ningún concepto pidan perdón por sus crímenes ni busquen individualmente acogerse a los beneficios penitenciarios a los que todo delincuente penado tiene derecho por Ley. Por supuesto, expulsan a aquellos que se apartan de estas instrucciones. Continúan estando en posesión de armas y explosivos. Algunos de ellos las llevan encima, como se ha comprobado con las últimas detenciones en Francia. Y continúan teniendo unos objetivos políticos muy precisos y conocidos por todos, a los cuales no han renunciado ni consta que hayan modificado un ápice los medios para conseguirlos.

En estas condiciones y a la vista de lo acontecido ayer en la Audiencia Nacional, donde los terroristas del comando Otazua que iban a ser juzgados por colocar una bomba lapa e intentar asesinar en octubre de 2007 en Bilbao al concejal del PSE de Galdakao Juan Carlos Domingo y a su escolta, Gabriel Ginés, insultaron al tribunal y a un testigo, mientras el público asistente (una decena de familiares y amigos de los acusados que muy posiblemente estuvieran en la manifestación del día 7 en Bilbao) me parece que es absolutamente acertada la decisión del Gobierno de España de no moverse ni un ápice de su posición. Cualquier cambio en la política penitenciaria en las actuales circunstancias es absolutamente improcedente.

ETA no ha desaparecido de Euskadi. No ha hecho nada más que afirmar que no atentará más y pretende que eso tenga contrapartidas. ¿Hay que premiar a ETA por no asesinar a más gente? De ningún modo. Y mientras en el entorno de la izquierda abertzale haya gente manifestándose a favor de los presos, a quienes continúan denominando “presos políticos” (y a los huidos de la Justicia “refugiados políticos”), a la par que dan gritos de “¡gora ETA!” y “¡jo ta ke!”, que no es otra cosa que una exhortación a atentar (dale duro), solo cabe plantearse la derrota total de ETA con la Ley y el Estado de Derecho. No hay proceso que valga porque ellos no quieren. Y en esta coyuntura no puede haberlo. Continúan yendo de víctimas, cuando los tres que eran juzgados ayer presuntamente intentaron asesinar a un responsable político municipal solo por no pensar como ellos.
Solo espero que la Audiencia Nacional les de duro a los que está juzgando y les condene a pudrirse en la cárcel muchos años. Y a los que daban vivas a ETA, confío en que sean juzgados y condenados por enaltecimiento del terrorismo. Y luego, que sigan en su papel de víctimas.

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