02 diciembre 2011

UTILIZACIÓN POLÍTICA DEL CASO URDANGARÍN


 Nóos era una asociación aparentemente sin ánimo de lucro que no movía un folio sin cobrar cantidades millonarias. Generalmente a las administraciones públicas, sus potenciales clientes. También a grandes empresas, ávidas de llevarse bien con las altas instituciones del Estado. ¿Qué veían en Nóos sus potenciales clientes? A la hija del Rey y a su marido, quien fuera destacado deportista olímpico en sus buenos tiempos, vicepresidente del Comité Olímpico Español (no sé si puede haber algo más corrupto que el Comité Olímpico Internacional y su independiente modo de designar las sedes olímpicas) y la capacidad de influencia que ello lleva aparejado y se les presupone. Porque no es lo mismo que las altas instituciones del Estado hablen bien de ti, pues contribuyes a su bienestar económico, a que ni te conozcan porque no les importas un pimiento. Al fin y al cabo, se necesita algo más que un concurso público para que la Vuelta ciclista a España o el Tour de Francia decidan venir a correr una etapa en Mallorca, o que puedas organizar un mundial de ciclismo en pista. Negar esto es vivir en la inopia.

Bien está que se investigue si hay indicios de delito y que quien los haya cometido pague por ello y devuelva el dinero, si procede. Ahora bien, que nadie crea que la investigación judicial y el juicio paralelo promovido por algunos medios de comunicación (una vez más la dicotomía entre opinión pública y opinión publicada) no tendrá consecuencias. Por supuesto que las tendrá y habrá que cargar con ellas. Cuando nos ponemos todos tan chulitos con la familia real diciendo que nadie está por encima de la Ley, debemos dar por descontado que les va a coger un repelús a venir por Mallorca que el mero hecho de pisar la base aérea de Son San Joan cursará para ellos con terribles sarpullidos. Una alergia de las malas. Porque una cosa es que el juez haga sus averiguaciones e instruya un sumario por diversos delitos, que ya se probará si concurren o no y quién es el responsable. Pero de ahí a alentar una causa general contra familia real o la monarquía, va un trecho. Yo, desde luego, a donde no me quieren procuro no ir. Y no soy rico y poderoso. Apuesto a que el verano de 2012 se dejarán ver poco por aquí. Ya lo verán. Y luego nos lamentaremos del trato dispensado. Cuando el daño esté hecho, cuando la Copa del Rey de vela se celebre en Barcelona o en Valencia, cuando el Rey y su familia pisen Mallorca con la asiduidad que van a Tenerife, cuando los refuerzos policiales de la operación verano se limiten a unos pocos policías que cubran las vacaciones de los de aquí, cuando Baleares deje de asociarse a un lugar privilegiado en el que hasta el Jefe del Estado quiere estar mucho antes que en la capital y pase a identificarse con Sicilia y la mafia, cuando el domingo de Pascua en la Seo sea un domingo más, triste y anodino, con las calles vacías... Cuando todo esto pase, dentro de unos años, nos acordaremos de tanta tinta vertida irresponsablemente sobre la imagen de Baleares.

Y es que hemos visto cómo desde la prudencia que los partidos políticos de Baleares mostraron en los días posteriores al registro de la sede de Nóos en Barcelona, algunos han transitado hasta posturas que rayan el ridículo. ¿A qué viene pedir al Govern todos los contratos realizados con el Instituto Nóos? Pues que se ha decidido utilizar el asunto políticamente. ¿Pero acaso no lo está investigando un juez? Por supuesto –se dirá– pero una cosa es la responsabilidad judicial y otra la responsabilidad política. Vamos, que les da igual que el juez Castro y la fiscalía anticorrupción estén investigando el asunto. Se quiere hacer de ello un asunto político para desgastar al adversario. PP = corrupción. Reconoce el diputado Toni Alorda, del PSM, que “ahora seguramente es un mal momento para llevarla al Tribunal de Cuentas y buscar una línea de investigación propia porque está bajo investigación judicial penal y la tenemos que respetar. No queda más remedio que llevar una investigación administrativa”. Más claro, agua. Claro que queda más remedio: confiar en que los jueces y fiscales hagan su trabajo con independencia. Pero una “investigación administrativa” da mucho más juego político, dónde va usted a parar…

Capítulo aparte merece la propuesta hecha por el PSM de que los 1,7 millones de euros que el Govern ha previsto dedicar en 2012 a la limpieza y mantenimiento del Palacio de Marivent, se traspasen a la Consellería de Educación. Estoy muy de acuerdo, porque considero que la Casa Real debiera costear de su asignación presupuestaria (8,43 millones de euros en 2011) el mantenimiento de la residencia que utilizan de forma exclusiva. No veo por qué debemos hacerlo con nuestros impuestos los ciudadanos de Baleares. Pero puestos a hacer demagogia, propongo que la asignación que el PSM recibe de los presupuestos públicos en cualquiera de las Administraciones lo destine a la Consellería de Educación, faltos como estamos de fondos para calefacción y luz en los centros educativos. El dinero que damos de nuestros impuestos al PSM serviría para pagar los recibos de Gesa igual de bien que el dinero que se destina a Marivent. Ya están tardando los nacionalistas en renunciar a él si son coherentes. Como no lo son, pura demagogia.

2 comentarios:

Truman dijo...

El Infanto debe ser investigado y juzgado en caso de haber indicios de que manejo todo el cotarro para forrarse a nuestra costa.

No podemos excusarnos en que nos viene muy bien su veraneo mallorquín para promocionar turísticamente nuestra Comunidad.

Al que esté metido en el ajo que le juzguen y sentencien sin meter en el saco a toda la Familia Real.

Al Rey basta que le paguemos un barco, un palacio y le emborrachemos unos cuantos "Mitrofanes" para que los cace y siga viniendo...¡¡No problem!!

Anónimo dijo...

En ocasiones el contenido del artículo me remite a un cierto servilismo al cual no se puede someter una sociedad que, a pesar de estar condicionada por la temporalidad económica, no puede permitirse el lujo de dejar sin investigar hechos que pueden tener indicios de delito, por muy marcado carácter monárquico que tengan los implicados. Sí que es cierto que la denostación de los personajes públicos es una práctica común en este país, pero por desgracia, la impunidad hacia ciertos comportamientos privados de determinados sectores que se han movido en las élites económicas y políticas también ha sido un ejercicio común. Por tanto, sin dejar de estar comprometido con la verdad (en esta hiperrealidad en la que estamos inmersos en la que la verdad depende demasiado del cristal con el que se mire), un vicio compensa al otro. Crear opinión, y pedir explicaciones no deja de ser, para los miembros de la sociedad civil, como un derecho a la pataleta provocado por la sensación de no llegar a fin al de mes mientras que suenan tambores que indican e informaciones de enriquecimientos ilícitos a través de sociedades que en principio promueven la igualdad