El día 18 de abril de este año 2008 recibió en Barcelona la medalla de honor del Salón Internacional de Turismo de Catalunya. Junto a Carlos de Cires fue galardonada la Consellera de Turismo del Consell Insular de Eivissa, Pepa Marí, quien manifestó que “Eivissa es un sitio muy especial para el visitante gay por lo que estamos impulsando un folleto en el que se detalla una oferta específica y seria”. Y afirmó que “se va a trabajar este tipo de turismo de forma diferenciada al igual que se hará con el de congresos o de deportes porque el público así lo requiere”. La consellera destacó también que “estos turistas normalmente no vienen condicionados por la estacionalidad de las vacaciones como puede estarlo el familiar, por lo que son un público objetivo a tener muy en cuenta”. ¡Que planteamiento más diferente al de los responsables de la política turística de Mallorca y de la ciudad de Palma, quienes en mi opinión, no parecen tener ningún interés en el turismo gay, como no sea para terminar de cargarse el poco que aún nos visita!
Esta foto es de la celebración del orgullo gay del año 2003 en Madrid, donde a la izquierda está Carlos de Cires, en el medio está Jose y a la derecha estoy yo. Recuerdo que entonces y siempre, en especial en noviembre de 2002, nos trató con una calidez y una amabilidad que nunca podré olvidar.
Desde aquí, un cálido homenaje y un afectuoso recuerdo para Carlos de Cires. Y un gran beso a todos sus familiares, amigos y compañeros. A todos aquellos que estuvieron cerca de él y que fueron su familia.
Permitidme unos versos de despedida que me gustan especialmente, aunque desconozco quién es el autor:
"Lo que cuenta es el esfuerzo de cada día
Compartido tenazmente con quienes creen
Que cada gesto agranda la esperanza
Que ningún día se pierde para los que luchan".
Y por último, una última foto de aquellos días de noviembre del año 2002, poco antes de la portada del nº 46 de Zero (¡ya hace casi 6 años!), donde estuvimos Jose y yo en la redacción de Zero con Miguel Ángel López, Luis Santidrián, el teniente coronel José María Sánchez Silva, Jose detrás de Carlos de Cires sentado en una butaca roja, Carlos Díaz y su novio agachado con tirantes.
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