17 junio 2009

Vuelve el fascismo a Europa

Puede sonar alarmista, pero no lo es. Es realista. A tenor de los resultados de las elecciones al Parlamento europeo, con la entrada en la eurocámara de partidos neonazi y fascistas, y el incremento sustancial de votos dirigidos a organizaciones de extrema derecha en muchos países de la Unión, la realidad no admite muchas interpretaciones subjetivas.

Además, tenemos el caso especialísimo de Italia, dirigida por un gobierno de derechas que lidera el incalificable Silvio Berlusconi y su partido Forza Italia. Ahora se les ha ocurrido recuperar las “rondas negras”, que son patrullas ciudadanas para vigilar las calles, con la particularidad de que sus integrantes van uniformados con vestimenta que recuerda claramente a los uniformes nazis y que forman parte de la ultraderechista Liga Norte de Humberto Bossi, coaligado con el partido de Berlusconi. Para un país que desde 1922 hasta 1939 vivió bajo el yugo de la dictadura fascista de Benito Mussolini, quien la metió en la 2ª Gran Guerra que naturalmente perdió, estas son veleidades que no creo puedan permitirse, pero que la mayoría de la sociedad italiana asume al parecer sin ningún problema. Como los presuntos casos de corrupción de su primer ministro, o los escándalos que a diario protagoniza Il Cavaliere. Vamos, todo en línea con la mejor tradición mafiosa.


Para acabar de cocinar el pastel, hemos podido observar a la ministra de Turismo, Michela Vittoria Bambrilla, del conservador partido Pueblo de la Libertad (PDL), junto a su padre, ambos en un acto de la policía militar del país, los Carabinieri, haciendo el saludo fascista tras cantar el himno de la república. Sólo ellos lo hicieron. Sumemos a eso la criminalización de la inmigración irregular a través de leyes penales, las agresiones a gitanos rumanos en muchas ciudades del país y la aprobación de una nueva ley de seguridad publica que legaliza las "rondas negras", ¿no constituye esto un potaje bien espeso que deja sobre la mesa la deriva neofascista por la que se desliza cada vez más rápidamente nuestra vecina Italia?

Yo que meditaba visitar Italia en cuanto tuviese oportunidad, como premio por el espontáneo gesto fascista de la ministra de Turismo y su padre, por la magnífica promoción turística que hacen, he decidido que por el momento no lo haré. Un país que apesta a fascismo no puede ser el mejor destino turístico para alguien como yo. Y lamento mucho decirlo, pero más lamento que sea así.


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