18 octubre 2014

UNA FUNDACIÓN SOSPECHOSA


José Ramón Bauzá presentó el jueves en la sala de prensa del Consolat a la titular de su 10ª  conselleria, Carmen Planas, quien compaginará el cargo con la presidencia de la Caeb. A menudo es difícil no confundir Govern con Caeb porque incluso sus webs se distinguen solo por una letra (caib.es y caeb.es). El president se refirió al territorio que cree acaudillar como “ses nostres Illes Balears”. Sabemos que el PP y los grandes empresarios consideran de su propiedad no solo el archipiélago, sino también el Govern que con disciplina se apresta a obedecerles. Sin embargo cabe preguntarse por qué pudiendo firmar un convenio con los empresarios, se opta por crear la Fundación Impulsa Balears. Choca con la reducción del sector público instrumental, por más que se diga que el nuevo ente es privado, lo cual es aún más antiestético porque el Govern inyecta 60.000 € para financiar una fundación privada gestionada por los grandes empresarios. ¿Qué mueve a Bauzá a aliarse con una entidad que está siendo investigada por la Fiscalía Anticorrupción por el presunto desvío de subvenciones destinadas a cursos de formación a parados? Es cierto que también se investiga a los sindicatos, pero a estos Bauzá los trata desde hace años peor que a enfermos de Ébola y nadie imagina al Govern juntándose con ellos para nada. Sin embargo, las organizaciones empresariales Caeb y Pimem están bajo la lupa y hay expedientes que están siendo revisados. Caeb supuestamente  habría recibido 1,32 millones de euros sin justificar debidamente, lo cual no impide a Bauzá cortejar a la patronal.
 
Los cursos de formación pudieron ser una vía de financiación ilegal de empresarios y  sindicatos. Visto el mangoneo existente con las tarjetas black de Caja Madrid, que a todos salpica, queda claro que el sistema falla estrepitosamente y que cada cual sin excepción roba en la medida de sus posibilidades. No piensa lo mismo el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien dijo en TVE que los casos de corrupción son del pasado y como salen todos en el mismo momento, da una falsa sensación de corrupción generalizada. ¡Qué cachondo! Con ministros así no es extraño que el portavoz del PP Miquel Ramis se crezca y acuse al Pi de Jaume Font de ser herederos de Unió Mallorquina. Hace falta valor para atreverse a sermonear a otros hablando de corrupción, habiendo sido conseller de Jaume Matas. ¿Ya se le ha olvidado?
 
(Publicado en Última Hora)

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