27 mayo 2008

El 17 de mayo pasado se celebró el día internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. Con motivo de esta celebración he escrito este artículo:

En la revista nº 76 de la sección española de Amnistía Internacional, correspondiente al mes de diciembre del año 2006, pude leer un artículo que me llamó poderosamente la atención, titulado: “Estados Unidos. Maltrato y abuso policial generalizado de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero”. A través de él, AI hace público detallado informe que el maltrato y abuso a lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero por parte de la policía es una práctica generalizada en EE.UU. Llevado por la curiosidad, consulté en internet el informe completo y tras leerlo detenidamente tengo que decir que me quedé muy preocupado, primero como gay, pero también como policía. Inmediatamente trasladé la situación que nos refleja el informe de AI a España y quiero pensar que la situación aquí no es tan mala, aunque tampoco tengo datos objetivos para decir que aquí seamos mejores policías que en América o que situaciones como las que describe el informe no se producen en nuestro país o en caso de producirse, serían más diligentemente investigadas.



El informe, que puede ser consultado íntegramente (en inglés) en la página web: http://web.amnesty.org/library está repleto de casos reales que detallan con precisión abusos, agresiones tanto verbales como físicas y sexuales, coacciones, y otro tipo de hechos delictivos protagonizados por agentes encargados de hacer cumplir la ley y cuyo denominador común es que la víctima pertenece al colectivo LGBT y que precisamente es víctima por ello.

Para la elaboración de su informe, Amnistía Internacional solicitó la colaboración de 52 cuerpos de policía de los Estados Unidos, cada uno de los departamentos de policía de la ciudad más grande de cada estado (50), además del departamento de policía del Distrito de Columbia y San Antonio (Texas). Sólo 29 de ellos respondieron a los requerimientos de la ONG. De esos 29, 8 departamentos divulgaron que ellos no proporcionan ninguna preparación a sus funcionarios sobre cuestiones relativas al colectivo LGBT. Además, 21 de los 29 departamentos estudiados informaron que no tienen ninguna política o protocolos específicos en cuanto a interacciones con individuos transexuales y únicamente 5 departamentos encuestados declararon tener alguna política al respecto.

En algunas ciudades (muy pocas) se han creado unidades especializadas en la persecución de los delitos que tienen como móvil la discriminación y el odio por razón de sexo, raza, religión o creencia, discapacidad u orientación sexual, aunque los informes indican que a pesar de la existencia de tales unidades específicas, no siempre son ellas las que se encargan de responder a los delitos de tinte racista, homofóbico o transfóbico, dado que a menudo dependen de la capacidad de los agentes encargados de acudir en primera instancia, de identificar correctamente el delito como un delito cuyo móvil es el odio.

De los 29 departamentos encuestados, 20 divulgaron que proporcionan a sus agentes la preparación adecuada sobre cuestiones relacionadas con individuos LGBT, y otros 8 departamentos manifestaron que no tienen ninguna preparación sobre estas cuestiones. Los ocho departamentos de policía que no proporcionan entrenamiento para estos casos son: Bridgeport (Connecticut), Wilmington (Delaware), Atlanta (Georgia), Baltimore (Maryland), Omaha (Nebraska), Memphis (Tennessee), Virginia Beach (Virginia) y Cheyenne (Wyoming). Sin embargo, es posible que la situación en EE.UU. sea mucho peor de lo que refleja el informe, si tenemos en cuenta que sólo se investigaron los departamentos de policía de las ciudades más grandes, que son las que tienen mayor capacidad y recursos para formar a sus agentes adecuadamente para tratar los delitos por razón de orientación sexual.

Tras leer el informe de AI, me puse a consultar si alguno de los más de 3.500 Cuerpos de Policía Local existentes en España, los Mossos d’Esquadra, la Ertzaintza, el Cuerpo Nacional de Policía o la Guardia Civil, tenían alguna “Comisión de expertos sobre gays y lesbianas” similar a las que hace alusión el informe, cuando elogia algunos departamentos de policía que están en permanente contacto con la comunidad homosexual a través de sus asociaciones. O si en España existe una Unidad de Agentes de Enlace sobre Gays y Lesbianas, parecida a la que existe en Washington D.C., formada por agentes con dedicación exclusiva y que además participan en iniciativas de formación dentro del departamento. ¿Cuál creéis que es la respuesta? Pues que obviamente, nada de eso existe en España y por tanto, y a priori, no debemos tener motivos para pensar que en España estamos en mejor situación para combatir este tipo de delincuencia que en EE.UU. Tan sólo existe el proyecto de establecimiento de un protocolo que debe servir para clarificar las pautas de actuación a seguir en caso de agresión a personas con diferentes opciones sexuales.

¿Tendremos entonces que esperar que surjan mayores dificultades en España para crear unidades similares o sería conveniente adelantarnos a los problemas y ponernos manos a la obra para que las administraciones concernidas creen en sus departamentos de policía, unidades específicas para la atención de determinados delitos cuyas víctimas lo son por pertenecer a un colectivo minoritario, como son las lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales? A nadie se le escapa que tiene una dificultad añadida que un individuo del colectivo LGBT denuncie a su pareja por violencia doméstica ante una comisaría de policía o un cuartel de la Guardia Civil. Pero es nuestro deber proteger a todos los ciudadanos que están en peligro o que son víctimas de cualquier tipo de hecho delictivo.

El informe de AI también apunta otra cuestión muy preocupante: se ha constatado que la carencia de sistemas eficaces de exigencia de responsabilidad para agentes de policía que cometen abusos es un problema persistente y extendido. AI sugiere que muchos individuos que formulan quejas sobre la conducta de la policía, incluyendo individuos del colectivo LGBT, frecuentemente son recibidos y tratados con hostilidad, o se les intenta disuadir de formular la queja una vez que están en comisaría. AI incluso constató varios episodios de venganza contra los individuos LGBT que relataron la mala conducta de la policía.

De todas formas, parece que algunos departamentos de policía de la Unión Europea muestran mayor sensibilidad por luchar contra los denominados “delitos de odio”. Así, el Servicio de Policía de Irlanda del Norte dispone de una unidad especial para luchar contra este tipo de crímenes. Además, solicita y facilita la colaboración ciudadana a través de su página web, http://www.psni.police.uk/, instando a que se informe al departamento, incluso de forma anónima, si se tiene conocimiento de cualquier incidente que se cometa contra otra persona debido a su raza, religión, opinión política, discapacidad u orientación sexual, lo que en muchos países se conoce como “crímenes de odio”. Esta unidad de la policía norirlandesa avisa en su página web de que mientras el número de incidentes homofóbicos denunciados a la policía aumenta, no se cree que estas cifras reflejen con exactitud el número real de los incidentes de esta naturaleza ya que muchos no son denunciados. “Los crímenes de odio pueden tomar muchas formas, incluyendo el abuso verbal, el asalto físico, la intimidación y daños a la propiedad. La Policía reconoce la renuencia de algunas víctimas para avanzar en la vigilancia por varios motivos, pero estamos comprometidos en la prevención de los crímenes de odio, aconsejando a las víctimas e identificando y procesando a los delincuentes”, afirman tajantemente en su página web. Más adelante añade: “La Policía tiene el cometido de identificar y procesar a los autores de delitos de tinte homofóbico. Su denuncia proporciona información esencial y permite a la policía prevenir incidentes futuros e identificar a los responsables”. Como información añadida, ponen a disposición de los internautas un directorio muy completo de colectivos LGBT y describe a sus agentes de este modo: “Los Oficiales de Enlace de Minorías han sido designados en cada Distrito de Policía. Estos oficiales han sido expresamente entrenados para aconsejar y apoyar a las víctimas de crimenes de odio”. El Servicio de Policía de Irlanda del Norte ha designado a un Oficial de Enlace de Minoría en cada distrito de policía, el cual tiene una responsabilidad adicional de contratar con individuos y grupos que trabajan para apoyar y ayudar a las víctimas de incidentes homofóbicos. Cuando alguien denuncia un incidente de estas características, el Oficial de Enlace de Minorías se pone en contacto con el denunciante, a no ser que este le indique que prefiere denunciar anónimamente. Estos agentes que tienen una formación especializada, proporcionan información sobre la prevención de los delitos y apoyo a las víctimas. Su lema es: “El crimen de odio se equivoca y las víctimas no tienen que cargar con ello. La ayuda está disponible”.

La Policía de Inglaterra también tiene una unidad específica que se dedica a la persecución de los “crímenes de odio”. En su página web http://www.police.uk/ los define como “Cualquier incidente de odio que constituya delito o no, percibido por la víctima o cualquier otra persona, siendo motivado por odio o prejuicio” y engloba los incidentes racistas, homofóbico, transfóbico, incidentes relacionados con las creencias religiosas de alguien o en su discapacidad física o psíquica.

La Comisión Europea ha instado en no pocas ocasiones a los Estados miembro a luchar concienzudamente contra los actos racistas, xenófobos, homofóbicos o transfóbicos, y contra la difusión de tales actos. Por tanto, creo que debiera constituir una preocupación de todas las administraciones perseguir severamente a sus autores y para ello, lo idóneo sería la creación de unidades específicas de lucha contra estos delitos. Empieza a ser muy preocupante la frecuencia con que actos de esta índole son conocidos por la sociedad y lo poco que eso nos inquieta.

Creo que los colectivos LGBT en España deberían de apuntarse la reivindicación, si no la tuvieran ya, y empezar a trabajar para conseguir avanzar en este tema. Nuestros funcionarios de policía deben recibir formación adecuada para atender a las personas del colectivo LGTB. Deben de crearse unidades específicas de lucha contra los delitos basados en la discriminación y el odio. Las unidades de lucha contra la violencia doméstica deben estar entrenadas para prestar su apoyo a individuos LGTB que sean víctimas de este tipo de delitos. También es importante que los cuerpos de seguridad mantengan un contacto permanente y fluido con las asociaciones que agrupan y representan a las minorías para atender mejor a sus requerimientos y necesidades, cosa que hoy por hoy, lamentablemente, no sucede.

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