07 julio 2012

LA RENOVACIÓN DEL PSOE: AINA CALVO

He aquí la voluntad de los afiliados del PSIB-PSOE de Palma, o mejor dicho de los delegados que les “representaban” en la asamblea extraordinaria que ayer celebraron. No se atreven aún a copiar el sistema de los populares de un afiliado, un voto. Quieren que sea Aina Calvo, la ex alcaldesa de Palma entre 2007-2011, su secretaria general y previsiblemente la candidata del partido para volver a ocupar el sillón de primera edil de la capital balear. El mismo “aparato del partido” en el que no creía y por lo que anunció su dimisión el 10 de mayo, la encumbra nuevamente como líder.

Al igual que hicieron los delegados que auparon a Rubalcaba en el congreso de Sevilla, los militantes del PSIB no votan pensando en ganar las próximas elecciones. Sólo piensan en ellos mismos porque creen que son el centro del mundo. Aina Calvo en las elecciones de 2007 consiguió 50.862 votos y en 2011 sólo consiguió 39.071, dejándose por el camino a casi 11.800 de sus votantes. El Partido Popular con un nuevo candidato virgen y puro, Mateo Isern, sólo consiguió 3.600 votos más que Catalina Cirer, pero el desplome de los socialistas –perdiendo 9 puntos porcentuales– con Aina Calvo al frente, les brindó la mayoría absoluta jamás registrada en Palma con 17 concejales.
Los ciudadanos dieron la espalda a Calvo, como se la dieron a Armengol, como se la dieron a Rubalcaba, y allí están los delegados socialistas de Palma puestos en pié y aplaudiendo, pletóricos por haber encumbrado a quien les condujo con firmeza y determinación a la oposición. Los repudiados por la ciudadanía se enaltecen de ser quienes los salvarán de las garras populares, que están “laminando lo público”. Como si llevar lo público a la bancarrota, que es lo que ellos hicieron, no fuera suficiente laminación.

No pretenden, contrariamente a lo que dicen, construir una alternativa al Partido Popular. Si realmente quisieran hacerlo, no elegirían como sus líderes ni presentarían al frente de sus listas electorales a los culpables de los fracasos que sucesivamente han cosechado en las urnas. Lo único que pretenden es que los electores no tengan más alternativa que, fruto de la desesperación, les vuelvan a votar a ellos cuando castiguen el fracaso de quienes ahora gobiernan. Lo mismo que en su día hicieron Rajoy y Bauzá. Pero para eso hace falta una cosa: que efectivamente se produzca tal fracaso. No cabe duda de que se aplicarán a ello con todas sus fuerzas, sin comprender que el fracaso de quienes gobiernan es la tumba de todos. De ahí la falta total de diálogo entre gobierno y oposición. De ahí las broncas en el Parlament y en Cort que a nada conducen más que a la crispación.

Aina Calvo no es renovación de nada. No lo puede ser y ella lo sabe. Tampoco lo son Francina Armengol, ni Vicenç Thomàs, ni Joana Barceló, ni Cosme Bonet, ni Xico Tarrés. No lo es tampoco Rubalcaba, ni Antonio Alonso, ni Valeriano Gómez. Son más de lo mismo, que los ciudadanos (también los de Palma) rechazaron con contundencia. ¿Dónde están las nuevas propuestas del PSOE? ¿Dónde está su regeneración? No la hay. Los militantes socialistas, divididos entre oficialistas y ‘renovadores’ (¡qué paradoja!) parecen no necesitarla. Y esto demuestra lo cautivos que estamos de un sistema partitocrático que toma sus decisiones pensando en ellos mismos y no en los ciudadanos. Menuda regeneración si la representante de los renovadores es Aina Calvo. Aunque bien pensado, igual es mejor candidata que la nueva secretaria general del PSIB-PSOE de Mallorca, Silvia Cano, de la que nada se puede decir porque nada se conoce. El PSOE está determinado a permanecer instalado en la oposición.

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