06 junio 2012

EL ESCÁNDALO DÍVAR

Imaginemos que usted trabaja en una compañía que tiene su sede en Palma, aunque tiene delegaciones en otras ciudades de todo el país y que por motivos de trabajo usted se ve obligado a mantener reuniones fuera de la localidad donde radica su empresa. Algunas reuniones duran varias horas y otras requieren de varios días, dependiendo de la importancia.
Ahora imaginemos que usted mantiene unas 10 reuniones que requieren viajar fuera aunque duran un par de horas. Sin embargo, usted decide por su cuenta y riesgo alargar las reuniones 4 días, incurriendo en cuantiosos gastos que carga a su empresa, tales como almuerzos en restaurantes de lujo, hospedarse en hoteles de cuatro estrellas, etcétera.

Nunca informa de con quién se reúne, ni quién le acompaña, ni qué actividad concreta estuvo realizando que requiriera alargar tanto los viajes.
Sin embargo, otro trabajador de su empresa se entera de esto y se lo comunica a sus jefes. ¿Qué cree que sucedería?

Hay varias opciones:
A) Le despedirían inmediatamente.
B) Le despedirían, no sin antes exigir el pago de los gastos en que incurrió.
C) Le darían la enhorabuena por ser tan listo y le ascenderían.
D) Impedirían toda investigación, declararían los gastos como secretos y seguiría en su puesto.

En España, a un alto cargo de la Administración (en este caso de Justicia, pero eso es irrelevante) le pillan en idéntica circunstancia a la imaginada y se opta por la opción D. Prácticamente nadie piensa en ninguna otra opción de las propuestas, excepto la opinión pública que observa estupefacta qué clase de gentuza dirige el país desde las instituciones más relevantes.

El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial ha hecho justo lo que le estoy contando y no pasa absolutamente nada. No solo eso, sino que el tipo tarda tres semanas en dar explicaciones ante los medios de comunicación, la fiscalía se opone a investigar y el Gobierno bloquea que comparezca ante el Parlamento.

¿Y aún hay gente que no entiende que estemos al borde del precipicio? Yo lo que no comprendo es cómo no estalla una revolución…

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