Baleares en general y el sector turístico en particular están de suerte. Cuando Bruselas ha exigido al Gobierno de Rajoy que suba los impuestos e incremente el IVA (entre otras medidas igual de perniciosas para salir de la recesión) y ante la avalancha de protestas y quejas airadas elevadas al Govern por parte de los empresarios del sector turístico (básicamente hostelería, restauración y transporte), José Ramón Bauzá tomó el primer vuelo disponible y se plantó en Madrid. Exigió al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que mantuviera el IVA reducido para el sector turístico, que actualmente es del 8% cuando el tipo normal es del 18%.
El PP llevaba en su programa electoral “impulsar la rebaja del IVA en las actividades turísticas, de forma que se pueda afrontar la competencia de otros países de nuestro entorno con ofertas parecidas a las nuestras, en igualdad de condiciones”. No sólo no lo ha hecho, sino que desde el PP de Baleares se da por hecho que Madrid subirá el IVA turístico previsiblemente en 2 puntos, hasta el 10%, lo que -según el conseller del ramo- es “asumible”. Sin embargo, la Federación Hotelera ha cuantificado que por cada punto porcentual de subida del IVA se destruirán 2.000 empleos directos y se dejarán de ingresar unos 168 millones de euros. El presidente Bauzá volvió muy satisfecho de Madrid, ya que podría ser mucho peor. Suerte que es amigo de Montoro, porque si no, imagínense…
Este episodio me recuerda a la rueda de prensa que protagonizó el presidente Rajoy el 10 de junio, antes de irse de viaje a Polonia para ver un partido de la selección nacional de fútbol, donde vendió el rescate del país por parte de Europa como una gran noticia porque nos habían concedido un crédito de 100.000 millones de euros (que por cierto, ahora no quieren darnos y lo van haciendo poco a poco para evitar nuestro hundimiento total) y había que tirar cohetes de alegría.
Debemos considerarnos afortunados porque el timón de España y el de Baleares estén en manos de políticos tan hábiles que son capaces de transformar una noticia intrínsecamente negativa como algo positivo y de lo que tenemos que estar satisfechos. ¿Tan estúpidos creen que somos? Si todos coincidimos en que el turismo es el motor de la economía española y balear, ¿es razonable que se tomen medidas que restan competitividad a nuestros productos?
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