Hace unos días fui a la biblioteca pública de Can Salas, en Palma. Mirando los libros adquiridos por el centro durante el mes de diciembre de 2009, encontré uno titulado “Manual básico para católicos sin complejos”, escrito por José González Horrillo y editado por la editorial Sekotia. En su portada se puede leer el siguiente subtítulo: “Cómo desmontar los tópicos que atacan a la Iglesia Católica y saber argumentar por qué se es católico”. Y también afirma de entrada que la 1ª edición (de mayo de 2009) se agotó en un mes y que ya van por la cuarta edición, por lo que presupongo que tiene cierto éxito de ventas.
El autor tiene 45 años, está casado y es padre de tres hijos. En la solapa del libro dice: “Después de una ajetreada juventud impregnada de antipatía hacia la Iglesia Católica, se reconvierte al catolicismo tras una experiencia vivida en un Cursillo de Cristiandad, Movimiento al que actualmente pertenece. Dedicado a la docencia, es profesor especializado en clases de Religión Católica. Dedica el tiempo que le queda libre, como guitarrista del grupo de Blues-Rock Cristiano “Católico sin Complejos (C.S.C.)”. Con esta curiosa descripción del autor, me empecé a temer lo peor, pues me parece extraño que alguien que no simpatiza con la Iglesia asista a un cursillo de cristiandad. Abrí el libro directamente por el capítulo dedicado a la homosexualidad y me encontré con perlas como estas:
• “Lo primero que quisiéramos es distinguir entre la homosexualidad y lo que se puede llamar amaneramiento. Esto último es una situación de tipo externo (estético): se trata de tomar ciertas posturas y modales que pertenecen al sexo opuesto. Este tipo de conducta es generada en la mayoría de los casos por una relación inadecuada con los hermanos y una falta de vigilancia de los padres. Sucede generalmente en la familia en que hay varios hombres y sólo una mujer o viceversa. En estos casos, el niño juega con sus hermanas y tiende incluso a vestirse como ellas, a tener los mismos modales, gestos, etc. Está comprobado que muy pocos casos de estos terminan en la homosexualidad. Es también común que en algunos lugares donde el padre siempre quiso tener un varón y procreó sólo mujeres, les proponga continuamente los juegos y actividades de los hombres. En este caso, por el contrario, se ha notado que muchas de ellas terminan en la homosexualidad. A estas personas es a las que normalmente se les conoce como “afeminados” o “machorras”.
• “Por otro lado, tenemos lo que propiamente llamados homosexualidad (sic). Así se llama a la persona que siente atracción erótica hacia personas de su mismo sexo, pero que se sabe miembro de su sexo; a diferencia del transexual, que se siente atraído hacia personas de su sexo, pero que se cree miembro del sexo complementario y que, por lo tanto, también cree que está erróneamente en ese cuerpo”.
• “Platón, que fue víctima de la sodomía por parte de un gerente homosexual, declaró que fue la experiencia más degradante y humillante de su vida”.
• “No resulta extraño que el mundo medieval, tanto judeo-cristiano como musulmán, condenara las prácticas homosexuales. No obstante, no se identifica su conducta con un trastorno mental o con un desarreglo físico. En realidad, para llegar a ese juicio habría que esperar a la consolidación de la psiquiatría como ciencia”.
• “Kralft-Ebing, uno de los padres de la moderna psiquiatría, consideró la homosexualidad como una enfermedad degenerativa. Freud (que no era creyente) la incluyó entre las perversiones o aberraciones sexuales. A su juicio, la homosexualidad era una manifestación de falta de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona en un comportamiento previo a la madurez heterosexual. Los otros grandes personajes del psicoanálisis, Adler y Jung, no sólo no modificaron estos juicios, sino que incluso los acentuaron a la vez que aplicaban tratamientos considerados curativos contra la inclinación homosexual”.
• “De manera comprensible, y partiendo de estos antecedentes, el D.S.M. (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) incluía la homosexualidad en el listado de desórdenes mentales. Sin embargo, en 1973, la homosexualidad fue extraída del D.S.M. en medio de lo que el congresista norteamericano W. Dannemeyer denominaba una de las narraciones más deprimentes de los anales de la medicina moderna, ya que este “logro” se produjo como consecuencia de tácticas de presión violentas de grupos de homosexuales organizados, que había conseguido imponerse como una presencia obligatoria en la reunión anual de la A.P.A. (Asociación Psiquiatría Americana). No obstante, buena parte de los miembros de la A.P.A. no estaban dispuestos a rendirse ante lo que consideraban una intromisión intolerable y violenta de la militancia gay”.
• “En 1986, los activistas gays lograban expulsar aquella dolencia del nuevo D.S.M.”
• “Cuestión aparte es que millones de psiquiatras aceptaran aquel paso porque la realidad es que hasta la fecha han seguido insistiendo en que la ideología política, en este caso el movimiento gay, no puede marcar sus decisiones a la ciencia y en que, al haber consentido en ello la A.P.A., tal comportamiento sólo ha servido para privar a los enfermos del tratamiento que necesitan, se piense lo que se piense al respecto; y la falta de unanimidad médica debería ser una buena razón para optar por la providencia en cuanto a las opiniones tajantes. La verdad era que la decisión final que afirmaba que la homosexualidad no era un trastorno psicológico había estado más basada en la acción política, y no de la mejor especie, que en una consideración científica de la evidencia”.
• “Como es bien sabido, en los últimos años el poder de los homosexuales en la política y en la cultura ha aumentado. Luchan constantemente por promover la homosexualidad para que sea reconocida como una opción aceptable en la sociedad, e intentan por todos los medios a su alcance que los heterosexuales (especialmente los jóvenes) se aproximen a su condición sexual”.
• “Los grupos homosexuales y lésbicos están promoviendo su ideología y sus actividades entre niños y jóvenes, ya que ésa es su principal forma de supervivencia como grupo social. De hecho, en la actualidad, uno de los orígenes de la homosexualidad se encuentra muchas veces en la seducción del niño o adolescente por parte de un adulto homosexual. Es más, últimamente, el movimiento homosexual ha aceptado la presencia de grupos sadomasoquistas y de practicantes de la pedofilia, como la Asociación Norteamericana de Amor entre Hombres y Niños (NAMBLA). Uno de los aspectos que ocupa a los grupos homosexuales es el esfuerzo por reducir la edad legal de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo”.
• “Otros consideran que la homosexualidad está condicionada por factores hormonales. Pero la mayoría de los homosexuales tienen todos los niveles de hormonas en la normalidad. Aunque se puede dar el caso de que las personas que sufren enfermedades con desequilibrio hormonal, como los varones con pérdidas de la función de los testículos desde niños, pueden llegar a ser un “caldo de cultivo” para ser reclutados por homosexuales militantes. Sin embargo, si son educados como varones, no caen en la homosexualidad, aunque sus niveles hormonales no sean normales. En conclusión, la evidencia científica no ha demostrado que la homosexualidad sea el resultado directo de causas biológicas, genéticas o neuro-hormonales”.
• “Nosotros consideramos que las personas que se sienten atraídas por personas del mismo sexo sufren un desorden emocional causado por diferentes razones, y aunque cada persona es única e irrepetible, su homosexualidad suele depender más frecuentemente de las siguientes causas:
Padre violento, alcohólico, hostil o distante.
Madre sobreprotectora.
Madre con trastornos emocionales que no trasmite cariño adecuadamente.
Timidez extrema, casi siempre condicionada por un mal desarrollo físico, como niños muy delgados o muy obesos.
Ausencia de la figura paterna del hogar por muerte o divorcio, sobre todo si se produce en etapas críticas del desarrollo.
Falta de identidad con iguales del mismo sexo.
Abuso sexual o violación.
Ausencia de juegos de participación.
Padres que no fomentan la identificación con su propio sexo.
Sentimientos de soledad y tristeza.
Falta de autoaceptación.
Desconfianza y miedo.
Narcisismo.
Excesivo sentido de responsabilidad evadido.
Enfado excesivo.
Etc…”
• “El fracaso de cualquier relación adulta, a la hora de llenar el vacío de la soledad infantil y adolescente, es la mayor causa de la extraordinaria promiscuidad en el estilo de vida homosexual. Inconscientemente, estas personas no buscan un compromiso estable porque sienten que ningún adulto puede satisfacer al niño y adolescente interior. Tal proceder compulsivo, patológico y peligroso para la salud, apoya la idea de que la homosexualidad es un serio desorden emocional, mental y conductual”.
• “La desconfianza y el pavor a un compromiso total, como lo es el matrimonio, son extremadamente comunes entre los que sufren inclinaciones homosexuales. La rampante promiscuidad sin fidelidad a nadie es una de las manifestaciones más significativas del miedo al compromiso y la entrega”.
• “El narcisismo es otro factor principal de la homosexualidad”.
• “Un trauma sexual de la infancia puede ser causa de homosexualidad, ya que se ha comprobado que un buen número de varones que fueron violados o maltratados sexualmente en su niñez desarrollan una confusión con respecto a su identidad masculina. Al igual que otras víctimas de violación, piensan que, de alguna manera, causaron el abuso”.
• “En muchos homosexuales, la conducta autodestructiva, peligrosa, adictiva y sadomasoquista nace de un intenso disgusto hacia uno mismo. El enfado consigo mismo también puede llevar a que un hombre se vista como una mujer. El colmo de la aversión hacia uno mismo y hacia el propio cuerpo se puede observar en aquellos que se someten a cirugía para cambiar de sexo. La conducta homosexual que es inducida por el enfado se observa en aquellos cuyos padres del sexo opuesto eran extremadamente controladores, emocionalmente insensibles, físicamente abusivos o profundamente narcisistas. Por último, se observa también un intenso enojo en los homosexuales dentro de los medios de comunicación social, en la educación, en la salud o en la política, cuando intentan obligar al resto de la sociedad a que acepten la homosexualidad. A menudo, sus métodos consisten en asaltar directamente a la moral judeo-cristiana, a la familia y a las diferencias básicas entre el hombre y la mujer”.
• “Por todo lo dicho hasta ahora, podemos asegurar que la homosexualidad se puede prevenir. Si las necesidades emocionales de los niños y niñas se satisfacen en la familia, la escuela, en fin el medio donde viven y crecen, no se desarrolla la homosexualidad”.
• “La pregunta clave es ¿puede cambiar la preferencia homosexual?, es decir, ¿tiene cura? La respuesta es afirmativa puesto que las experiencias negativas de la infancia pueden ser contrarrestadas de forma positiva. No obstante, existen pocos terapeutas que puedan ayudar a resolver este problema”.
• “Nunca se debe aconsejar como tratamiento el continuar dentro de la vida homosexual, aun manteniéndose fiel a un compromiso. Tampoco se debe colocar a personas fáciles de tentar, por su tendencia homosexual, en lugares comprometidos”.
• “Desgraciadamente, un número de personas y grupos profesionales influyentes han preferido ignorar esta evidencia y parece que realizan un esfuerzo coordinado por parte de los “apologistas de la homosexualidad” para negar la eficacia del tratamiento de la atracción homosexualidad o afirmar que es dañino. Pero la realidad de la curación está ahí”.
• “Las personas con tendencias homosexuales deben mantener una vida casta (hasta que corrijan su problema) como todo católico. La Iglesia no discrimina al homosexual, aunque limita ciertos “derechos” como el matrimonio homosexual o la adopción, por crear desórdenes externos en la conducta”.
• “No podemos, pues, aceptar que la homosexualidad sea una preferencia sexual, como si se tratase de una elección, ya que los sexos no se escogen: somos hombres o mujeres, condición que está radicada en lo más profundo de nuestro ser. Ahora bien, habiendo demostrado que la homosexualidad es una enfermedad de tipo psicológico, la Iglesia reconoce que, para quien la padece, representa una auténtica prueba. Por ello invita a sus hijos y a todos los hombres de buena voluntad a que acojan con respeto, compasión y delicadeza a los que la sufren, evitando todo signo de discriminación injusta. Es una obligación del cristiano ayudarlos. Aceptar sin más su estado, como algo normal y natural, es promover en ellos su problema y apartarlos de una posible solución. Más aún, expone al resto de la sociedad al contagio, pues está comprobado que las personas que conviven con aquellas que padecen de trastornos psíquicos terminan también enfermos y, a veces, de forma más aguda que los primeros”.
Si es de este modo, con estos delirantes argumentos acientíficos y profundamente homófobos, como los católicos radicales quieren desmontar los tópicos que “atacan” a la Iglesia, creo que no hace falta añadir nada más. Queda bien patente quién es el atacado y quién el atacante. Quién el humillado y quién el agresor. Y por tanto, creo que hay que denunciar el fanatismo, el sectarismo y la estupidez de ciertas personas y grupos de católicos. Son fanáticos integristas muy peligrosos para el conjunto de la sociedad. Y no son cristianos (ni acomplejados ni sin acomplejar) por más que se autoproclamen así, porque el fundamento del cristianismo es el amor al prójimo: “En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros” (Jn 13,35). Y no practicando el primer mandamiento de Jesús, no se puede presumir de católico sin complejos.
Lo peor de todo, es que el autor de este libro homófobo como no he leído ninguno en mi vida, carente de toda base científica, e insultante hasta la nausea, José González Horrillo, es un profesor de religión cuyo sueldo pagamos todos los españoles con nuestros impuestos. ¿Estas barbaridades son lo que enseña en el colegio en el que imparte clase de religión? Ahora entiendo la furia de ciertos sectores radicales de la iglesia contra la asignatura de Educación para la ciudadanía, que fomenta el respeto al prójimo y a la diversidad. Y son ellos quienes se atreven a calificar EpC como asignatura adoctrinadora…
El autor del libelo, en el capítulo dedicado al celibato sacerdotal, escribe: “Hay, incluso, quien ha pretendido relacionar el celibato con la pedofilia. Se trata, en definitiva, de oscurecer la realidad mediante la hipertrofia de la excepción”. Tenemos delante un caso paradigmático de doble moral que tanto practica la Iglesia Católica. ¿Acaso no es esto lo que el autor hace, al relacionar homosexualidad con pedofilia, de forma tan repetitiva y maquiavélica?
Ya en la introducción del libro, el autor advierte: “¿Qué hay detrás de los ataques a la Iglesia? Posiblemente una de las dos razones siguientes, o quizás las dos: en primer lugar, el mal que se encuentra en el corazón humano a causa del pecado y que en ocasiones puede llevarnos a odiar todo lo que viene de Dios. Y en segundo lugar, la ignorancia, la falta de formación, el haber creído cierta información sin haberla hecho pasar previamente por el sano filtro de la razón o contrastándola con datos alternativos de otras fuentes más fiables y documentadas”. Me pregunto por qué el autor comete el pecado que tan arrogantemente denuncia, pues su ignorancia y su falta de formación son alarmantes.
Sólo citaré un ejemplo más del fanatismo irracional que destila este libro y su autor. En el capítulo dedicado a los orígenes de los ataques a la Iglesia, dice así: “Antes de comenzar a tratar los temas individualmente, creo necesario hacer una breve reflexión sobre cuál es el origen u orígenes del odio y, por consiguiente, de los ataques a la Iglesia. Es inevitable mencionar al principal enemigo de Dios y, por tanto, de su Iglesia: me refiero, claro está, al demonio. Ya en el libro del Génesis nos lo encontramos intentando enfrentar a las personas con su Creador utilizando todo tipo de argumentos y artimañas. El príncipe de la mentira continuará con esta labor a lo largo de toda la Historia, cambiando de contexto, herramientas y falsedades, pero con el mismo objetivo. Él siempre estará detrás de los ataques a la Iglesia, vengan éstos de donde vengan, aunque a veces tan sutilmente que será prácticamente inapreciable para nuestro limitado entendimiento”.
Y sólo hablo de los ataques a los homosexuales, pero no es el único colectivo puesto a caldo: partidos políticos de izquierdas (especialmente el PSOE), otras confesiones (especialmente el Islam), movimiento feminista, Masonería, etc.
Por último, quiero decir que considero sumamente grave que un libro de este tipo, sin ningún tipo de valor literario, científico, técnico, ni humanístico –ni siquiera religioso– esté en los estantes de una biblioteca pública y haya sido comprado con dinero de todos los contribuyentes. Los responsables de las nuevas adquisiciones deberían eliminar de sus listas los libros que fomenten el odio y la discriminación en cualquiera de sus variedades. Y creedme que no he reproducido ni la décima parte de lo que está en tan repugnante libro. Por supuesto, he escrito a la directora de la biblioteca, María de Lluch Alemany Mir, para exponerle mi queja y mi indignación y para exigir que un libro de este estilo desaparezca del catálogo de la biblioteca.
4 comentarios:
Pues la verdad, no me parece que haya que ir haciendo estas cosas y mucho menos pedir su retirada de una biblioteca pública. Luego nos dicen que hay integrismo gay como ya me ha pasado a mi. Te agradeceremos que defiendas nuestra causa pero con un poco más de coco, no a las bravas y cortando cabezas.
he leido el libro,y he pasado autentica verguenza ajena viendo los comentarios de este "escritor" este libro es penoso de principio y a fin desde luego NO habla en nombre de los catolicos,si acaso en nombre de algunos catolicos"retrogrados" y yo como catolico practicante NO me siento para nada identificado con este desproposito de "libro"
Me identifico con lo que dices. Pero censurar no es la mejor forma de conseguir algo. Para mí, al menos, el ventilar y discutir los diferentes puntos es la mejor forma de terminar con la discriminación en éste y otros tópicos. La censura es muy peligrosa...pues hoy censuramos ésto y mañana lo otro. Comienza así una cadena interminable y cuando menos te dás cuenta...adios democracia! El que esté de acuerdo, bien, y el que no también., pues no se trata de imponer, sino de respetar.Y la cosa va en ambos sentidos.Libertad para todos y por igual.Saludos.
La libertad va en ambos sentidos y la censura es muy peligrosa, pues hoy censuramos esto y mañana lo otro y cuando menos te dás cuenta...adios democracia! La censura NUNCA es buena. Si algo me gusta me acerco y si no me gusta me alejo. Pero no quiero estados paternalistas que me digan qué puedo leer ó que no ni qué puedo hacer o no. Muy interesante el site. El respeto es la base de la convivencia. Saludos.
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